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Alternativas al registro de la propiedad intelectual para tus novelas

AutorAlfredo Álamo el 23 de septiembre de 2014 en Divulgación

Correo

Hay autores que no acuden al registro de la propiedad intelectual una vez han terminado su obra, bien porque no disponen -o no quieren gastar- el dinero de las tasas, o porque no quieren desplazarse hasta el registro, que en ocasiones puede estar lejos de su domicilio. Si bien hoy en día se puede realizar en varias comunidades autónomas el registro vía telemática, el proceso es bastante farragoso, casi tanto como imprimir el libro y llevarlo a mano (o, como se puede hacer) en un CD. Dejando a un lado los problemas que implican los formatos digitales (borrado, error, etc.), la verdad es que antes de enviar tu novela a una editorial -y sobre todo si eres una autor poco conocido y estás comenzando en el oficio- deberías plantearte algunas salvaguardas.

Lo primero que hay que dejar claro es que el registro es lo mejor. En caso de problemas va a ser una prueba decisiva para el juez, ya que es oficial y establece sin problemas una cronología de la obra. Si de todas formas no quieres usar este método recuerda que si tienes problemas y plagian tu obra te va a tocar demostrar tanto que tu libro es anterior como que el plagiador ha podido tener acceso a ella. Si el plagio es literal, menos trabajo, con las fechas casi siempre es suficiente. Así que:

Guarda siempre todos los correos relacionados con tus textos. Esto incluye los que envías a amigos o conocidos para que te ayuden en el proceso de escritura. No muestres tu trabajo a desconocidos, por mucha fama que tengan en las redes sociales. En caso de un proceso judicial, la cronología de los correos puede ayudar a dirimir la cuestión.

Envíate a ti mismo la novela impresa por correo certificado y no lo abras. De este modo también se marcará el momento determinado en que se metió dentro del sobre. De nuevo, será una prueba más que ayude en el proceso.

Utiliza una alternativa en la web, como safeCreative, donde se generan unas claves basadas en el archivo y un sellado de tiempo, que demuestra que no ha sido modificado desde el momento en que lo subes hasta que se vuelve a consultar. Parece una buena alternativa, pero falta ver cómo funcionará en caso de juicio.

En cualquier caso, si al final te enfrentas a un caso así y te copian, es mejor buscar una solución mediada antes de lanzarse a la denuncia, sobre todo con las nuevas tasas judiciales. Si tienes que buscar un abogado y llegar al juzgado la cosa se complica bastante y es mejor que tengas claras tus opciones, sobre todo si es un problema de «ideas parecidas» algo que es muy difícil de demostrar y necesita de peritos y expertos. Lo mejor es el registro, está claro, pero si no has pasado por él, procura tener cuidado con tus textos, aunque, seamos claros, los plagios no son tan frecuentes como muchos piensan.

Alfredo Álamo

(Valencia, 1975) escribe bordeando territorios fronterizos, entre sombras y engranajes, siempre en terreno de sueños que a veces se convierten en pesadillas. Actualmente es el Coordinador de la red social Lecturalia al mismo tiempo que sigue su carrera literaria.

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