Penny Dreadful -traducible como Horrores de a penique o (como yo lo haría) Truculencias de a duro– era un tipo de revista que se hizo muy popular en la Inglaterra del siglo XIX. En sus páginas se podían encontrar historias tremebundas, horrorosas y, casi siempre, sangrientas. Relatos clásicos de los penny dreadfuls de la época eran, por ejemplo, los crímenes de Sweeney Todd, el barbero, o las aventuras ficticias de Dick Turpin, el mítico bandolero inglés.
Partiendo de esta base, John Logan y Sam Mendes decidieron crear una serie de televisión ambientada en el Londres de la época victoriana. La idea era transmitir esa sensación de truculencia, pasión por el morbo y reutilización de personajes e historias populares. El resultado recuerda a una versión de La liga de los hombres extraordinarios pero con el triple de sangre y bastante más inquina.
En Penny Dreadful no hacen más que aparecer referencias y es difícil cazarlas todas al vuelo. Lo mejor es revisar los libros de los que provienen la mayoría de personajes. A saber.
Drácula, de Bram Stoker. Aunque los vampiros de Penny Dreadful no se parecen demasiado en ocasiones a los del autor irlandés, poco a poco vamos encontrando las pistas que nos llevarán al mismísimo Vlad y hasta a Van Helsing.
Frankenstein, de Mary Shelley. Aunque aquí los motivos y secretos de Víctor Von Frankenstein son diferentes del original, su criatura sigue buscando lo mismo que el libro: una compañera que le acompañe en su maldición inmortal.
El retrato de Dorian Gray, de Oscar Wilde. Un Dorian Gray sacado de la obra de Wilde pero con muchas sombras -perdón por el juego de palabras, no lo he podido evitar-, que muestra el lado más oscuro del ser humano.
Las minas del Rey Salomón, de Henry Rider Haggard. Allan Quatermain es la base para el personaje del mítico explorador inglés, que se ve transformado en esta serie en un hombre atormentado en busca de su hija.
La liga de los caballeros extraordinarios, de Alan Moore. Necesario para ver de dónde sale esa fantástica idea de juntar mitos de la literatura y darles una nueva imagen, poniéndolos a todos juntos sin perder el espíritu pulp.
Estos son unos cuantos, pero hay más. Faltaría la lectura obligatoria de Los crímenes de la calle Morgue, de Edgar Allan Poe, Moby Dick, de Melville, o El fantasma de la ópera, de Gastón Leroux. Pero cualquier libro sobre monstruos clásicos, como la momia o el hombre lobo, serviría. Toda referencia es poca.
¿Y vosotros? ¿Os interesa Penny Dreadful y ese caleidoscopio de influencias victorianas? ¿Cuál es vuestro personaje favorito? Os esperamos, como siempre, en los comentarios.