La lectura es una de las actividades que fomentan la reinserción de los presos en la sociedad, una realidad derivada de la erradicación del analfabetismo entre los prisioneros. Es de sentido común que el acercamiento de la cultura y las herramientas para defenderse en la sociedad actual deberían ser una pieza clave en cualquier sistema moderno de prisiones, pero al parecer, en Inglaterra han decidido que eso de leer es peligroso y tienen previsto cancelar la posibilidad de que los reos reciban libros o revistas. En serio.
Durante años, los presos han recibido sin problemas todo tipo de lecturas, muchas de ellas dedicadas a completar estudios iniciados en la propia prisión. Está claro que también hay muchos que han intentado pasar drogas a través de estos envíos, pero según los funcionarios de prisiones, es un método tan viejo que difícilmente se les escapa en una revisión.
Muchos pensarán que las prisiones tienen bibliotecas propias y que no es necesario recibir libros desde fuera, pero la realidad en Inglaterra es que muchos centros carecen de instalaciones y otras son desfasadas y sin casi medios. De hecho, la consulta a la biblioteca es un privilegio que a veces sólo se concede cada seis semanas. Teniendo en cuenta la lucha en Inglaterra por mantener las bibliotecas públicas normales abiertas, podéis haceros a la idea de cómo serán las de las cárceles.
Escritores como Carol Ann Duffy, Julian Barnes o Ian McEwan ya han protestado ante el ministerio de justicia británico para que se replantee esta situación, en la que quieren marcar más todavía el privilegio de acceso a los libros dentro de un nuevo sistema de recompensas por buen comportamiento.
¿Qué os parece? ¿No deberían ser los libros una herramienta básica para trabajar con los presos? ¿O tal vez tienen razón los que opinan que debe ser una recompensa? Eso sí, siempre a través de los centros de las prisiones, eliminando la opción de recibir libros desde casa.
Os esperamos, como siempre, en los comentarios.
Fuente: The Guardian
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(Valencia, 1975) escribe bordeando territorios fronterizos, entre sombras y engranajes, siempre en terreno de sueños que a veces se convierten en pesadillas. Actualmente es el Coordinador de la red social Lecturalia al mismo tiempo que sigue su carrera literaria.