Abercrombie se lanza una vez a una sangrienta aventura en la que recupera varios de sus más logrados personajes en Tierras rojas, aunque esta novela funciona perfectamente como volumen independiente.
Tierras rojas nos llega tras la enorme y continua masacre de La mejor venganza y la anticlimática -y para mí, muy interesante- Los héroes. En ella nos encontramos a personajes como Nicomo Costa, el veterano jefe mercenario, o a Caúl Escalofríos y a Lamb, nombre bajo el que se esconde otro norteño… del que no daré más pistas para no avanzar demasiado la historia.
Dos niños son raptados y una granja arrasada en una siniestra caravana de destrucción que siembra la tierra de cadáveres. Lamb, un norteño de actitud sumisa y pacífica, y Shy, su hijastra, salen a la búsqueda de los dos pequeños. En su viaje se encontrarán con varios personajes, algunos interesados en su búsqueda y otros en la protección que Lamb -quien se muestra mucho menos pacífico a medida que avanza el libro- puede ofrecerles. Ambientado en una zona del mundo creado por Abercrombie muy cercana al western de frontera clásico, Tierras rojas alcanza un equilibrio interesante entre la masacre sin sentido y la contención de sus últimos libros.
Si bien el libro funciona adecuadamente como lectura independiente, no estaría de más llegar a ella tras pasar por la trilogía de La primera ley y La mejor venganza, donde se habla más de temas como los inquisidores o la vida de los mercenarios. Desde luego, se entiende mucho mejor el personaje de Lamb y el destino sangriento que le rodea. A medida que avanza el libro, Abercrombie se suelta más e incluso se aprecian algunos momentos de cierre con respecto a otras de sus obras y también ciertos interrogantes sobre el pasado de ese mundo que dibuja con cada libro.
En resumen, una historia en la línea de Abercrombie, dura, sangrienta, con personajes más grandes que la vida y llena de frases antológicas. Resulta más que recomendable a todos los aficionados a la aventura, la fantasía y la acción.
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(Valencia, 1975) escribe bordeando territorios fronterizos, entre sombras y engranajes, siempre en terreno de sueños que a veces se convierten en pesadillas. Actualmente es el Coordinador de la red social Lecturalia al mismo tiempo que sigue su carrera literaria.