Ostras para Dimitri de Juan Bas fue uno de los libros seleccionados como finalistas en el certamen Valencia Negra y, si lo consideramos dentro del género policíaco, es uno de los más originales que han caído en mis manos lectoras. Porque lo que consigue el autor es hacer reír, aunque lo que nos está contando, en manos de cualquier otro sería tan excesivo que debería buscar otro público con estómago menos delicado.
El protagonista, en primera persona, nos cuenta su periplo vital desde la isleña cárcel de Salto del Negro a Moscú, pasando por París y deteniéndose en la Navarra más rural y carlista, acompañando, cual mascota, a Dimitri, un mafioso ruso amante de las ostras. Dimitri Urroz, de origen navarro, es la cabeza visible de un pintoresco grupo caricaturizado por el protagonista, un mafioso sin buen corazón que encuentra a Pacho Murga suficientemente gracioso como para mantenerlo a su lado; un juglar con ínfulas de pijo bilbaíno, que se acostumbra demasiado a la seguridad como para plantearse recuperar su dignidad más allá de castillos en el aire que Dimitri alimenta sin ápice de conciencia.
El relato que hace de los personajes es delirante e impagable, como un bufón que se dedica a aplicar motes a los que le hacen burla usando el humor como medio de dominar una realidad que se le escapa de las manos. Los monjes etarras son, a título personal, un dúo de pistoleros a la altura de algunos de Tarantino o Guy Ritchie. Pero no podemos olvidarnos de la mujer navarra de Dimitri, devota ultracatólica que mantiene a su madre vegetal, su suegro con demencia y a un cura aprovechado o al primo Iván, incondicional de Dimitri. O al propio Pacho Murga.
Las situaciones en sí, se mueven entre lo absurdo y lo real, encajando perfectamente en ellas los personajes; ya el principio de la novela nos avisa que no estamos ante una novela policíaca al uso, y que, como poco, nos van a sorprender.
Ostras para Dimitri es el grito de los camareros que llena los restaurantes cuando el mafioso, propietario de ellos, hace su pedido. Más que un pedido es una orden con tono de amenaza y es ese grito el que da nombre a esta novela que, entre el esperpento y la novela negra, consigue divertir desde el humor más negro.
Juan Bas
Ostras para Dimitri