Kidô Okamoto nació justo en medio de la gran transformación que sufrió Japón en la época Meiji, una revolución que modernizó el país en pocas décadas y que dejó atrás un pasado feudal de férreas tradiciones y costumbres. Okamoto siempre fue un enamorado del pasado reciente de Tokio (cuando todavía se llamaba Edo) y se lamentaba de que muchos jóvenes apenas sabían nada de su historia al adoptar los nuevos usos más occidentalizados y modernos. Gran aficionado al teatro Kabuki y las novelas de Sherlock Holmes (Okamoto dominaba perfectamente el inglés), pronto decidió dedicarse a la literatura publicando una serie de cuentos que lograron un enorme éxito.
Parte de estos cuentos nacieron a partir de la obra de Doyle, protagonizados por el inspector Hanshichi, con la intención tanto de profundizar en la narración detectivesca -casi inédita en Japón- como de recuperar el ambiente de la Era Edo. Narrados a través de un joven periodista, los cuentos del inspector Hanshichi tienen cierto aire holmesiano, aunque, bien es cierto, Okamoto no pretende tanto lucir la lógica impecable del personaje como de mostrar un escenario concreto.
La colección de relatos que presenta Quaterni en este volumen se disfruta con rapidez. Las historias son breves y Okamoto se detiene apenas en los detalles que más le interesan: cómo vivía la gente, ciertas fiestas concretas, el Kabuki, las costumbres y diferencias entre las clases sociales (sobre todo con los samuráis) dejando a Hanshichi como un hombre que busca resolver casos, tratando siempre de que el mayor número de gente salga bien parada. En este sentido, los casos realmente graves acaban antes con un suicidio que con una detención; los enredos menores se resuelven con confesiones una vez Hanshichi muestra su conocimiento del culpable.
La obra de Okamoto ha resultado de gran influencia en la literatura popular japonesa contemporánea y ha inspirado numerosos personajes novelescos, así como en el manga, la televisión y el cine. Sin duda, un excelente método de conocer los últimos años antes de la era Meiji en un Japón supersticioso y lleno de leyendas al mismo tiempo que se disfruta con unas divertidas historias detectivescas.
Hanshichi. Un detective en el Japón de los samuráis