¿Por quiénes apuestan actualmente las editoriales españolas? Llevamos unas cuantas semanas de Feria del libro arriba y abajo por toda la geografía española, leyendo noticias y asistiendo a conferencias que nos cuentan lo mal que está todo y que nadie quiere arriesgar, aunque otros nos dicen que los jóvenes escritores son valores seguros. También nos hemos encontrado en varias ocasiones con el horroroso uso de la palabra promotable (por promocionable), en boca de editores y, sobre todo, de agentes. Entonces, ¿en qué quedamos?
Es cierto que asistimos a una inusitada búsqueda de jóvenes talentos a lo largo y ancho del mercado en castellano. Todos quieren tener en sus filas autores sin demasiado pasado a sus espaldas, poco conocidos y que acepten sin demasiados problemas las condiciones que las editoriales tengan a bien imponerles. Con esto no quiero decir que estén buscando al próximo Antonio Muñoz Molina o a un nuevo Javier Marías. El tiempo de los autores jóvenes en busca de la, supuesta, excelencia literaria y que parecía que iban a comerse el mundo ha pasado tan deprisa que casi nadie se acuerda de sus nombres y se han quedado para vestir blogs. Para qué nuevos si en realidad ya tienes a Muñoz Molina o Javier Marías. Los experimentos nocilla se diluyen y pocos autores van a quedar a flote. Entonces, ¿qué pasa con esos autores jóvenes que tanto se buscan?
Autores jóvenes de género, esa es la pieza clave. Se busca joven de buen carácter que escriba género, fantástico, negro, ciencia ficción, juvenil, romántico, o mezcla de todo lo anterior. Es el nuevo objetivo: buscar ese target de jóvenes adultos (o adultos jóvenes) que además de lectores también tienen sus propios sueños literarios. Gente que mantiene un afán comprador, coleccionista, e incluso fetichista, sobre los libros de papel en esta época de crisis y que ven con agrado la aparición de autores que, en cierto modo, aparentan ser uno de ellos que ha conseguido dar el salto.
¿Tiene esto algo que ver con la calidad de los libros publicados? No más que antes. Cada editorial mantiene sus baremos, con la excepción de aquellas que han decidido bajar un peldaño en la corrección de estilo, algo que se nota, y bastante, en todos sus últimos lanzamientos, sean de jóvenes, de autores traducidos, o incluso de veteranos.
Por otro lado, ya que no todas las editoriales van por el mismo camino, se apuesta mucho, más que nunca, por el autor extranjero de medio pelo, esos que han publicado una serie juvenil de quince libros en su país con un éxito discutible, y cuyos derechos están a buen precio. Si es sobre vampiros adolescentes, zombis rubias o machos alfa que castigan a dulces secretarias, mejor que mejor.
Así que si eres un joven, escribes género y tienes un buen book de fotos, no te lo pienses más y envía tu manuscrito: no vas a encontrar un momento más receptivo por parte de las editoriales para leer tus textos y valorar su publicación. Eso sí, por favor, no dejéis vuestros trabajos todavía.