Carolyn Jess-Cooke nos presenta Mi amigo el demonio, su segunda obra tras Diario de un ángel, una fábula en la que reflexiona sobre el libre albedrío a través de los ojos de un ángel… que es también una adolescente. Con el mismo estilo, Jess-Cooke nos lleva ahora al otro lado, al de los demonios que atormentan, o tal vez sería mejor decir experimentan, con el joven Álex.
Como bien dice en su pequeña y magnífica introducción, Álex tiene un amigo, se llama Ruen y es un demonio de 3000 años. La autora nos presenta la historia narrada mediante el diario de Álex, un chico de once años de Belfast, y de los pensamientos de Anya, la psiquiatra infantil que se hace cargo de su caso. Jess-Cooke presenta un tema complicado, como es el de la esquizofrenia infantil, también el de la marginación social e incluso el conflicto norirlandés, y lo envuelve en una pátina de fantasía: Álex habla con Ruen, un demonio cambiaformas que se ha convertido casi en su único amigo.
Pero… ¿es Ruen un delirio esquizofrénico o existe de verdad? Ahí es donde la trama de la novela gira, jugando al despiste mientras la historia avanza, cada vez más oscura y abocada a una situación casi insostenible. No sólo es Álex quien se ve inmerso en sus fantasías, sino que la propia psiquiatra comienza a revivir un trauma de su pasado que ha sido incapaz de superar, la muerte de su propia hija.
Mi amigo el demonio es un libro en apariencia sencillo que trata temas de gran profundidad. Se lee con rapidez y agrado, aunque muchos lectores encontrarán el final un tanto insatisfactorio por no resolver todas sus dudas. Algo que, por otra parte, no es necesario, ya que la historia principal del libro queda cerrada. Como único punto negativo para este libro, quizá la traducción, o la corrección de estilo, me ha parecido algo menos buena de lo habitual en Duomo. Nada, en realidad, que reste valor al conjunto de un libro más que correcto. Recomendable.
Carolyn Jess-Cooke
Mi amigo el demonio