Cuando el comisario Montalbano asiste a la muerte de una gaviota, la cual, antes de caer a tierra, ejecuta una extraña danza sobre la arena de la playa en Vigàta, no puede dejar de pensar en si acaba de asistir a algún tipo de presagio. En cualquier caso, a partir de ese momento el comisario se ve envuelto en uno de los casos más desagradables de su carrera.
Camilleri vuelve a presentarnos una de sus deliciosas novelas cortas en las que logra aunar la investigación policial, el toque social, algo de gastronomía y el humor que tan bien sabe dosificar a lo largo de la breve, pero intensa, historia. Hay poco que añadir en cuanto al desarrollo y la planificación de la novela, ya que Camilleri sigue un esquema reconocible por todos sus seguidores. Para los que no conozcan la larga trayectoria de este escritor italiano, recomendarles buscar su primera obra y comenzar en seguida a leer.
Montalbano se ve en La danza de la gaviota envuelto personalmente en la investigación, ya que uno de sus hombres ha desaparecido y podría haber muerto. Envuelto, como siempre, en esa lucha por deshacerse de la burocracia y llevar el caso como a él le viene mejor, aunque sea a base de mentir descaradamente a su jefe superior, y sin dejar de lado su relación -cada vez más deteriorada- con Flavia, esta vez se encontrará con un caso que quizá le viene demasiado grande…
El resultado es el habitual en Camilleri. La danza de la gaviota es una novela que se lee con agrado y con su habitual dosis de realidad social y política, camufladas entre los diálogos que se suceden a velocidad vertiginosa entre los personajes. Un libro recomendable para los aficionados al género, pero que, como ya hemos dicho, se disfruta más si se conoce bien a los personajes.
Andrea Camilleri
La danza de la gaviota