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¿Se ha estancado el desarrollo de los lectores electrónicos?

AutorAlfredo Álamo el 9 de marzo de 2013 en Opinión

Nuevos e-eraders

Parece que fue ayer cuando salieron a la venta los primeros lectores de tinta electrónica, con toda la expectación que levantaron a su alrededor. Si bien su resolución no era muy buena y la frecuencia de paso de página dejaba bastante que desear, en muy poco tiempo se encontraron soluciones a los problemas y limitaciones más básicas.

De esos modelos quizá demasiado pesados y voluminosos hemos pasado a unos e-readers estilizados y con una resolución de pantalla más aceptable. Sin embargo, pese al rápido desarrollo inicial, avivado, cómo no, por Amazon y su Kindle, parece que nos hemos topado con un techo, un punto estático del que no se sabe bien cómo vamos a salir.

Me explicaré mejor. Los últimos modelos de lectores electrónicos son prácticamente iguales. Resolución, batería, wifi, pantalla táctil… vaya, si analizamos cuál ha sido el último salto de diseño nos encontramos que es una luz integrada. En sí, el e-reader, hoy por hoy, no parece en la lista de «cosas a mejorar» por parte de las grandes empresas tecnológicas. Sony, una de las que más interés ha mostrado, apenas mejora el corazón de sus dispositivos y remoza el exterior, consiguiendo un buen producto, pero muy similar al anterior.

Os estaréis preguntando, ¿pero, qué es lo que quiere este? Si la única función del e-reader es mostrar los ebooks, y esa función se cumple, ¿qué más hace falta? Pues bien, en mi opinión la tecnología de pantalla todavía no ofrece dos cosas fundamentales: un buen contraste y una resolución óptima de la tipografía. No voy a entrar en temas como el del color, que sería ideal para las revistas, o de un buen procesador que permita, en un momento dado, una navegación web decente.

Si miramos un poco al futuro de las pantallas y a la convergencia entre tablets y e-ereaders que nos vendían hace un par años, la verdad es que a nivel comercial no se ha avanzado nada. Teniendo en cuenta que las tablets forman un mercado que se renueva a gran velocidad y que los e-readers se compran con la idea de que van a durar hasta que se rompan, es lógico que los fabricantes inviertan más en el mercado que les va a dejar beneficios. De hecho en los últimos meses el número de lectores electrónicos vendidos se ha reducido muchísimo. A medida que la oferta se cubre pasa mucho más tiempo en surgir la necesidad de cambiar. Y a eso añado: sobre todo si lo que se ofrece no se diferencia mucho de lo que ya tienes.

Las grandes ideas, además, como el papel electrónico flexible, tampoco aparecen por ninguna parte, así que habrá que esperar a ver si aparecen nuevos conceptos sobre la mesa o se va a exprimir al máximo la tecnología disponible, pese al aspecto cada vez más obsoleto que presenta.

Alfredo Álamo

(Valencia, 1975) escribe bordeando territorios fronterizos, entre sombras y engranajes, siempre en terreno de sueños que a veces se convierten en pesadillas. Actualmente es el Coordinador de la red social Lecturalia al mismo tiempo que sigue su carrera literaria.

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