Te lo han contado y no acabas de creértelo: 50 sombras de Grey desata las pasiones más ocultas de las mujeres. Intrigado, te acercas a ese libro con portada de colonia Brummel y lo abres con respeto y reverencia, esperando encontrar las claves ocultas que te aseguran la satisfacción sexual de cualquier mujer… y aburrido en la página cincuenta, cierras el libro y lo usas como tope de puerta. Esto es así.
Y es que 50 sombras de Grey desatará pasiones en (parte) del género femenino, pero está claro que no se hizo con los hombres en mente. Demasiada cháchara, demasiada diosa interior, demasiado morderse el labio (de la boca) y nada de…, bueno, nada de lo que toca. Tampoco es que tenga que empezar con una chica esperando al repartidor de pizzas (o al técnico de la fotocopiadora, o al mecánico del coche con su llave inglesa), pero un poquito de complicidad masculina se echa de menos.
Desde Lecturalia queremos ayudaros a encontrar esos libros que empiezas a leer con dos manos, siguen con una y acaban en un atril. Así que si estáis buscando literatura erótica, sacad papel y boli, o abrid el notepad, y apuntad estos títulos. Si sois mujeres, también podéis hacerlo, aunque no os aseguramos un romance en el que un duro ejecutivo le caliente los lomos a una jovencita virginal para luego acabar… bueno, como acabamos todos. Qué os vamos a contar.
Delta de Venus, de Anaïs Nin. Bien, este ya lo recomendamos para mujeres, pero la verdad es que está más orientado a un público masculino, ya que se escribió por encargo para un coleccionista privado y sólo se hizo público tras la muerte de la autora. Sexo explícito bien narrado, eso sí, desde el peculiar punto de vista de Nin.
Andreu Martín ganó el Sonrisa Vertical -veremos algunos ganadores más por aquí- con Espera, ponte así, una historia ambientada en el mundo del teatro que nos muestra la obsesión de un director por una joven actriz y su búsqueda de placer (y dolor). Si a eso le ponemos una dosis de novela negra y macabro sentido del humor (marca de la casa) tenemos otro libro imprescindible.
Vamos con un clásico, clásico. Las once mil vergas, o los amores de un hospodar, de Apollinaire, cuya publicación en 1907 se realizó de manera clandestina. Ensalzada como obra surrealista y pornográfica, hay que matizar que es para todo tipo de hombres, ya que las combinaciones sexuales de Las once mil vergas no se limitan al sexo cotidiano y hay de todo, como en la viña del señor. Incluyendo latigazos, claro. Codazo, codazo, guiño, guiño.
Si buscáis una novela que no desentone mucho con las que tiene vuestra pareja en la mesilla y que, gracias a su adaptación al cine, tiene un título que suena mucho, os recomendamos Las edades de Lulú, de Almudena Grandes, llena de sueños y fantasías a través de la protagonista, Lulú, que se lanza a una orgía… de experimentación sexual en busca de su propia identidad. Vamos, que hay tema.
Muchos conoceréis a José Carlos Somoza, sobre todo por sus historias de terror e intriga, pero lo que no todo el mundo sabe es que ganó también el Sonrisa vertical gracias a Silencio de Blanca, la historia de una obsesión (qué atormentado es esto del erotismo, por favor) que une música y sexo, musa y artista, en una espiral silenciosa que acaba… bueno, que no acaba como 50 sombras, vamos. Aprovecho también para reclamar la recuperación del premio de La sonrisa vertical; con el auge de este tipo de literatura seguro que sería un reclamo imbatible.
Pues ese es nuestro pequeño listado para ti, hombre, que estás buscando algo de erotismo que llevarte a las manos y competir con las chicas del metro que muestran, sin ningún tapujo, que están leyendo historias de dominación y sadomasoquismo con una sonrisa en los labios. Como siempre, si quieres aportar más títulos, te esperamos en los comentarios.