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Novelas superventas… en el teléfono

AutorAlfredo Álamo el 6 de marzo de 2009 en Divulgación

Chica leyendo

Keitai Shoshetsu. Así es como llaman en Japón a un tipo de literatura concreto, el que se escribe mediante y para su lectura con teléfonos móviles.

Hay que pensar, claro, que el tamaño y calidad medio de los terminales en Japón lleva tiempo siendo superior que en Europa y Estados Unidos. A eso hay que añadir la tecnofilia que se vive en las calles de las ciudades japonesas y que aquí todavía sólo ha empezado a enseñar la cabeza.

Pues bien, las novelas Keitai son, en su inmensa mayoría, historias románticas escritas para adolescentes. La temática quizá sea lo de menos frente al fenómeno, pues es hija directa de la tradición japonesa: relaciones difíciles, sexualidad complicada y sufrimiento, mucho sufrimiento. El género Keitai es cultura popular en estado puro, nació sin estar ligado a editoriales o filtros y se expandió como un virus alfabético -o ideográfico, para ser exactos- por todo el país.

Las páginas web dedicadas a las novelas-móvil llegan, en algunos casos, a tres mil millones de visitas mensuales -una auténtica barbaridad- creando al mismo tiempo redes sociales de escritoras y lectoras en un gigantesco movimiento de autofagotización cultural. Un fenómeno que salta las barreras del medio y pasa al manga, la televisión o incluso al cine.

¿Y la literatura tradicional? Bien, el 90% de las novelas para móviles acaban publicándose también en papel, las editoriales no se han resistido a sacar adelante estos textos que alcanzan tiradas de hasta doscientos mil ejemplares. Lo más curioso es que imponen una revolución del formato escrito, haciendo que sea éste el que se adapte a al estructura de las pantallas y no al revés. Los saltos de línea se mantienen, incluso aquellos que utilizan los escritores para dar énfasis a ciertas partes de la narración, comiéndose interlineados o entre caracteres. Todo eso se traslada al papel, pese al extraño aspecto que pueda presentar. El que no lo hace, no vende. Parece, quizás, un último coletazo antes del cambio total del soporte, como cambió la manera de escribir al pasar de los rollos de papel al libro que conocemos ahora.

Quien crea que esto es un fenómeno propio de Japón, puede que esté equivocado. El auge de los nuevos teléfonos y las redes sociales de comunicación rápida -como Facebook o Twitter– hace que el uso del móvil para estar en contacto y leer -sí, una lectura rápida de cinco minutos- se convierta en algo completamente habitual. Ya hay sitios web en Estados Unidos que ofrecen plantillas para la publicación en teléfonos móviles, y no han hecho más que empezar.

movil

En realidad, no es algo nuevo. Las novelas Keitai son folletines románticos publicados por entregas con gran seguimiento de público, ¿qué ha cambiado? El medio, como cambió en el S.XIX, como lo hizo en el XX. Gran parte de la literatura contemporánea nace de esa cultura popular y desprestigiada por la crítica, una literatura que no busca más que la expresión por la expresión y el ocio, el entretenimiento en estado puro a lo que se suma algo completamente nuevo: La participación.

Uno de las obras creadas en la Red desde Japón, y que ha llegado a convertirse incluso en obra de teatro, empezó siendo una simple historia reescrita y ampliada por cientos de lectores. De una anécdota en un foro a una historia viral con cientos de versiones. Cultura oral, leyendas suburbanas a las que se les puede seguir la pista. ¿Será la muerte del escritor aislado entre la masa popular? ¿Nacerá un nuevo tipo de contador de historias, una mezcla de Homero y Stephenie Meyer?

El tiempo, y la tecnología, lo dirán.

Más información sobre las novelas Keitai en: Etiqueta Negra

Alfredo Álamo

(Valencia, 1975) escribe bordeando territorios fronterizos, entre sombras y engranajes, siempre en terreno de sueños que a veces se convierten en pesadillas. Actualmente es el Coordinador de la red social Lecturalia al mismo tiempo que sigue su carrera literaria.

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