Siempre es complicado elegir libros de entre la marabunta que se adueña de la biblioteca, la mesita de noche e incluso del cuarto de baño de cualquier amante de la lectura. Y si tienes que elegir sólo cinco, puede ser una decisión complicada, más que nada porque es difícil no dejarse ninguna obra meritoria en el tintero. Lo más sencillo será, con seguridad, mencionar aquellos que, por una razón u otra, destacan en nuestra memoria. Aunque leo todo tipo de títulos, es inevitable que afloren las preferencias personales, por lo que veréis a continuación una mayoría de libros de corte fantástico.
El 2011 ha sido un año literario marcado por el polémico trabajo de concienciación del escritor de fantasía cómica anglosajón Terry Pratchett, cuya campaña a favor de la eutanasia no ha dejado indiferente a nadie. Este año han caído en mis manos varios de sus libros más recientes, como son I Shall Wear Midnight, Nación y Snuff, de los cuales sólo Nación está, en estos momentos, publicado en España. Mientras que Nación (no ambientada en Mundodisco) y Snuff mantienen la tónica habitual de Pratchett, sin presumir de grandes excelencias, I Shall Wear Midnight supera las entregas anteriores de la saga juvenil de Tiffany Aching, recordándonos la capacidad de Pratchett para adaptar los mitos y las leyendas y concederles una nueva vida, creando personajes entrañables y complejos.
Y sin salir del género de lo fantástico, dos de las obras más llamativas que he tenido el gusto de leer este 2011 han sido La chica mecánica de Paolo Bacigalupi, y Mirando a las estrellas, de A. F. Black, ambas muy atractivas por su exquisita ambientación y formación de personajes casi metafóricos. Sin embargo, donde el primero, loado por la crítica y cubierto de gloria promocional, no cumple su promesa de magnificencia, el segundo, de una manera mucho más tranquila y lenta, ofrece una narración completa y satisfactoria.
Este año ha sido, sobre todo, un año de relecturas y redescubrimientos. A principios del 2011 seguían en demanda las obras relacionadas con la figura de Enrique VIII y de los Tudor en general. Aparecían en todos los idiomas libros sobre Ana Bolena, su hermana María y demás amantes y esposas del rey inglés. No todas estas obras gozan de una gran calidad, siendo muchas de corte más romántico que histórico. Es por esto por lo que he repetido la lectura de la excelente En la corte del lobo, de Hilary Mantel, publicada este año en España por Destino, una fabulosa pieza de estilo original y meticulosa documentación, ganadora del Man Booker.
Pero el 2011 ha sido, ante todo, el año de George R.R. Martin. Ha sido el año en que, aprovechando la salida de Dance of Dragons (Danza de dragones) y de la serie Juego de tronos de la HBO, me he atrevido con la saga Canción de hielo y fuego. Y es tan espléndida, sorprendente y épica como me habían prometido.