Al final Amazon llegó a un acuerdo con las grandes editoriales españolas para vender su catálogo a través de su lector electrónico de referencia, el Kindle, el cual, además, también ha puesto a la venta bajando la barrera psicológica de los 100 euros y amenazando con fuerza a otras tiendas que habían apostado también por ofertar sus propios lectores.
Sin embargo, las ventajas de Amazon se reducen mucho en el mercado español si tenemos en cuenta que los precios de los libros se mantienen al mismo precio que en el resto de tiendas dedicadas a la venta de ebooks. Si en Estados Unidos tuvo sus momentos de tira y afloja, aquí parece más que ha pasado por el mismo aro que todos los demás y también venderá libros a más de 20 euros, o a lo que la editorial de turno se le ocurra.
Sin duda la aparición del Kindle en España es una novedad, pero tampoco existe una gran diferencia con la situación anterior en la que ya se podía comprar a Estados Unidos con un par de clicks de ratón. Es cierto que la visibilidad ahora es mucho mayor, pero la oferta es limitada -no venden todavía el Touch- y la horquilla de precio se mueve en unos veinte euros con los nuevos modelos más baratos. No hay que olvidar que Amazon introduce su propio y particular DRM en los libros y sólo se pueden leer a través del Kindle o de los programas que la empresa para ordenador, teléfono o tablet. En cuanto al Kindle en sí, hay que realizar alguna conversión que otra para que pueda leer libros en otro formato, como por ejemplo, el ePub. Eso sí, su oferta irá creciendo y la facilidad de compra está afinada al máximo, mucho más que en cualquiera de sus competidores, y no hay que olvidar el sistema de recomendaciones, una de sus estrategias de venta más importantes.
De todas maneras, es un primer paso. Ya veremos como evoluciona el mercado a partir de este momento, pero supongo que poco a poco se irán regulando los precios. De entrada parece que algunos libros ya han bajado, pero faltan días para realizar una comprobación más a fondo.
Por mi parte, creo que realmente hace falta, cuanto antes, que Amazon implante su sistema de autoedición en la filial española y facilite la aparición de fenómenos como Amanda Hocking y que vender libros a un euro se convierta en una acción normal y que sirva como toque de atención a las editoriales. También espero que comience a fichar a algún escritor conocido para saltarse a Planeta o Alfaguara y que la edición del siglo XXI comience a llegar a España.