Parece cuanto menos extraño relacionar el nazismo con el político y autor romano del siglo I Tácito, pero la recién publicada obra de Christopher B. Krebs El libro más peligroso relaciona directamente su Germania con el ideario nacionalsocialista.
Aunque es más conocido por ese nombre, el original debió titularse De origine et situ Germanorum (“Sobre el origen y territorio de los germanos”), y por el contexto debió redactarse en los últimos años del siglo I, probablemente en 98 d.C. No hay constancia de que Tácito tuviera conocimiento directo de los germanos ni de sus tierras, así que debió recurrir a otras fuentes indirectas. Aunque cita a Julio César como fuente, también se intuye que la obra de Plinio el Viejo le influyó notablemente. En su descripción de Germania y los diferentes pueblos que la poblaban, Tácito se deja llevar por una visión idealizada de estas tribus, atribuyéndoles virtudes que supuestamente poseían y que según él ya habían desaparecido en Roma, siendo estas el valor militar, la austeridad y cierto tipo de dignidad que en la Roma de su tiempo ya no existía. Tácito critica las costumbres romanas de la época, decadentes a su entender, contraponiéndolas a la rusticidad y pureza de los germanos. También alaba su comunión con la naturaleza, aunque no es ajeno tampoco a los defectos más que evidentes de los bárbaros: la indisciplina militar, el alcoholismo y la afición al juego podrían ser los más importantes, aunque también destacó su tendencia a la inactividad en tiempos de paz. Esto significaba algo claro: sólo en tiempos de guerra las tribus germanas exprimían todo su potencial. Este hecho no podía ser, ni de lejos, un espejo para Roma, que aspiraba a crear una paz duradera.
De todas formas, se entrevé en esta obra de Tácito una admiración real hacia los pueblos germanos, al tiempo de una advertencia clara el Imperio: los germanos son superiores militarmente a los romanos ya que no se detienen en su lucha o defensa debido a intereses políticos, por lo que suponen un peligro real para la Roma futura. No se equivocaba, por supuesto.
El problema radica en que el texto original llegó a siglos posteriores de forma fragmentaria y a través de una copia de la época medieval. Sin embargo, De origine et situ Germanorum fue desde muy pronto un texto de referencia para los supuestos sucesores de aquellos primitivos germanos, creándose una utópica visión de aquellas tribus para reivindicar unos ancestros laboriosos, guerreros y amantes de la libertad que eran superiores en sus virtudes a los romanos. Ya desde el siglo XV el texto fue utilizado para justificar un supuesto pasado común de los germanos, y la influencia de esta obra de Tácito llegó con fuerza hasta el siglo XX, en donde se convirtió en uno de los textos de referencia del nacionalsocialismo, hasta el punto de que el historiador italiano Arnaldo Momigliano afirmó que Germania era uno de los cien libros más peligrosos que se habían escrito en toda la historia.
Krebs desmonta esto desde la objetividad: el análisis que Tácito hace de los germanos pretender ser más un llamamiento a la renovación del pueblo romano que una descripción pormenorizada de Germania. La idealización de los bárbaros, que luego sería utilizada durante quinientos años por los alemanes para reclamar un glorioso pasado común, no era más que una forma de llamar la atención a sus compatriotas. Que el nacionalsocialismo se valiera de la obra para sus fines no convierte al libro en peligroso, concluye Krebs: los peligrosos fueron realmente sus lectores, que interpretaron unas palabras escritas dos mil años antes con la clara intención de justificar la supremacía alemana sobre el resto de los pueblos de Europa.
Christopher B. Krebs
El libro más peligroso