¿Alguna vez has sentido que los libros infantiles son demasiado edulcorados para tu gusto? ¿Que cuando le estás poniendo voz de ovejita parlanchina a tu pequeño angelito por quincuagésima vez, hay otra voz simultánea en tu cabeza rogándole que por favor, por favor, se duerma de una vez?
Pues algo parecido tenía en la cabeza el estadounidense Adam Mansbach cuando creó, con ayuda del ilustrador Ricardo Cortés, su libro Go the Fuck to Sleep (algo así como vete a dormir de una puta vez). Mansbach escribió en verso este libro infantil para adultos, donde se expresan las tribulaciones y ocasional desespero de un padre con niño pequeño (sobre todo si éste es insomne). La obra también se ha editado para Kindle y como audiolibro, originalmente con la voz del director, guionista y actor alemán Werner Herzog y más recientemente con la del prolífico Samuel L. Jackson.
Pero lo más curioso de la obra no es su tendencia a mezclar palabrotas con imágenes clásicas de la literatura infantil. Go the Fuck to Sleep ha sido un fenómeno viral nunca visto en el mundo de las obras escritas, y un caso curioso de piratería literaria donde la distribución gratuita e ilegal de la obra ha funcionado como método de promoción muy eficiente. De alguna forma, todavía desconocida, el archivo pdf original del libro saltó a las esferas de lo compartido (se cree que fue liberado por algún crítico o periodista que recibiese dicho pdf para su lectura profesional), mucho antes de que la obra llegase a distribuirse en papel. Así, se dio el muy curioso caso de convertirse en un superventas de Amazon sin existir siquiera todavía en formato físico: el número de reservas y preventas del libro ha superado las expectativas más locas de la editorial, que reconoce no haberse gastado ni un euro en promoción hasta la semana anterior a su publicación. Parece ser que el boca a boca, o más bien el email a email, ha impulsado de manera increíble a esta obra que, dado su carácter gracioso y su formato corto, rápido de leer, se ha convertido en el “forward” de correo electrónico perfecto tanto para lectores que son padres como para los que no lo son. La editorial ha solicitado que los internautas no sigan haciendo circular el pdf pirata, pero es muy posible que ésta haya sido una solicitud entre dientes, debido a que el éxito del libro no podría haber sido tan inmenso sin una difusión tan radical del producto.
Lo que está claro es que mezclar literatura infantil con palabrotas puede ser peligroso. Algunos lectores parecen no haberse percatado todavía de que la obra de Mansbach no es para niños, y el sector conservador estadounidense se ha quejado abiertamente tanto de su uso indiscriminado de palabras soeces, como por expresar tan abiertamente su frustración paternal. Dicho sector exige la retirada del libro manifestando que podría tener graves consecuencias de caer en manos de un público demasiado joven. Para el resto de lectores, sin embargo, es simplemente un divertido pequeño tratado sobre lo difícil que puede ser a veces la vida cotidiana como padre.