No se asuste. Esto es una reseña de uno de los libros de ciencia ficción más peculiares de la historia. Busque un rincón tranquilo, siéntese sobre una toalla y procure no llamar la atención. Está comprobado que llamar la atención es una de las maneras más rápidas, tras insultar a un ser armado, golpear a un ser armado y asistir a un recital de poesía Vogona, de meterse en problemas.
No se asuste. Aunque la Tierra haya sido destruida para dar paso a una autopista galáctica y no quede ni rastro de una civilización que, por otra parte, jamás hizo nada remotamente significable en el universo, todo tiene solución mientras se mantenga vivo. No perder la vida es fundamental para disfrutar de un saludable optimismo.
Después de todo, el universo está plagado de maravillas que un viajero experimentado puede disfrutar mediante el sencillo método de hacer autoestop de nave en nave. No intente hacer autoestop en una nave Vogona, no les gusta. Tampoco asista a uno de sus recitales de poesía.
No se asuste. Eso es lo que primero que podrá usted leer si cae en sus manos un ejemplar de la famosa Guía del Autoestopista Galáctico, fantástico contenedor electrónico con cientos de miles de referencias, consejos, bebidas y restaurantes asequibles de todo el universo conocido.
Sin embargo, si desea conocer la respuesta a la gran pregunta, la que da sentido a la vida, al universo y a todo lo demás, le aconsejamos que lea este divertido libro de Douglas Adams, lleno de ciencia ficción, humor, sátira y cinismo, un libro imprescindible que fue llevado al cine en 2005 y que nació en los estudios radiofónicos de la BBC en 1978 en forma de serial.
No se asuste y lea este libro. Al menos aprenderá algunos de los múltiples usos que le proporcionará uno de los objetos más útiles del universo: la toalla.
Douglas Adams
Guía del autoestopista galáctico