El autor francés Michel Onfray acaba de publicar en España su libro Freud. El crepúsculo de un ídolo, que ya dio mucho que hablar el año pasado cuando se editó en su país natal. Onfray, filósofo, no es un desconocido, y gusta de la polémica, algo que ya consiguió con su obra, publicada en español por Anagrama y en catalán por Edicions 1984, Tratado de Ateología.
En su nuevo libro, Onfray numera los diez puntos fundamentales de la teoría desarrollada por Freud, para posteriormente refutarlos durante el medio millar de páginas con que cuenta la obra. La principal réplica que Onfray da a Freud se basa en que considera que sus métodos no son universales, sino que eran sólo aplicables a él. Así, del psicoanálisis dice que
procede, básicamente, de la biografía de su inventor y funciona a las mil maravillas para comprenderlo a él… y solo a él (…) Es la extrapolación a la humanidad entera de nociones que a él sí le encajaban como un guante
No queda aquí la cosa. Onfray denuncia que, en contra de lo que él mismo preconizaba, psicoanalizó a su propia hija durante años, y lo acusa de ser el causante directo de que Anna Freud tuviera problemas psicológicos durante toda su vida, y de que acabara convirtiéndose en lesbiana tras años de charlas con su padre y otros miembros de la Sociedad Psicoanalítica de Viena acerca de desviaciones sexuales, fobias encubiertas y complejos latentes. Anna Freud, que oficialmente era maestra, trabajó posteriormente como psicoanalista infantil, aunque una de sus clientes más famosas fue Marilyn Monroe, que la visitó tras escapar de un rodaje en Londres. De ella Anna Freud escribiría en su cuaderno de anotaciones, tal y como todavía hoy se puede comprobar en los archivos, y a partir de técnicas aprendidas de su padre,
Impulsividad exagerada, necesidad constante de aprobación exterior, no tolera la soledad, tendencia a las depresiones…
Para Onfray el psicoanálisis, más que una teoría científica aplicable de forma universal, es una forma de literatura, basada en la propia biografía de Freud, que tiene que ver más con la magia y la superstición (por ejemplo al dar determinados sentidos fijos a los sueños) que con la medicina. También lo considera un homófobo, y ataca a los que consideran, todavía hoy, a Freud como un progresista, ya que opina que
(quiso) someternos a una nueva religión secular, cuyos mandamientos, como sucede en las sectas, no son nunca demostrados sino que basan su validez en la palabra del hechicero. La izquierda, al menos en Francia, se cree todavía la leyenda de Freud como liberador, judío progresista, amigo de las mujeres… pero en realidad tuvo simpatías por los cesarismos políticos del siglo XX, como testimonia una dedicatoria extremadamente afectuosa que le hizo a Mussolini en 1933
Rematándolo todo con la afirmación de que
Fue misógino y falócrata
Sin duda un libro interesante para acercarnos a la figura de Freud desde una posición escéptica y diferente.
Freud: El crepúsculo de un ídolo