Este año se celebra el centenario de la muerte de Robert Louis Stevenson y coincidiendo con esta fecha Ediciones del Viento nos trae Ocho años de problemas en Samoa una obra que podría estar entre el ensayo y el libro de viaje, considerada por Stevenson como “una pieza de historia contemporánea”. Sus historias sobre las islas del Pacífico son una gran fuente de información sobre una zona poco conocida en su momento, y no precisamente por ser poco explotada.
Stevenson es uno de los autores de aventuras más conocidos y que más han influenciado en otros autores como Joseph Conrad o H.G. Wells. Todos podemos reconocer al pirata Long John Silver con su loro, el Capitán Flint, de la novela juvenil La isla del tesoro, y el Doctor Jekill y Mister Hyde se han convertido en verdaderos estereotipos del terror. Además de la novela Stevenson también escribió cuentos, poemas, ensayos y libros de viaje.
Stevenson contaba con muy mala salud desde muy pequeño y su tuberculosis le recomendaba viajar a zonas cálidas, viajes de los que saldrían algunas de sus historias. El último de estos viajes fue justamente por las islas del Pacífico, estableciéndose definitivamente en Samoa. Esta isla estaba bajo el control de tres poderes coloniales, Gran Bretaña, Estados Unidos y Alemania, que intentaban ganar posiciones mientras los indígenas intentaban mantener sus estructuras intactas. Como suele pasar en el colonialismo los enemigos solo se ponen de acuerdo en que hay que quitarle poder a los indígenas (que van a saber ellos de gobernarse) lo que se transformó en este caso en un conflicto cuando hubo que suceder al rey, momento en que Stevenson apoyó a los samoanos frente a la injerencia extranjera. Si bien este apoyo les valió de poco, da idea del carácter del escocés.
En esta obra, inédita en castellano, Stevenson nos narra la historia de esos años, el enfrentamiento entre las potencias, la vida en las islas, desde su punto de vista y con su peculiar estilo. Un Stevenson menos conocido y por ello muy recomendable.
Robert Louis Stevenson
Ocho años de problemas en Samoa