A veces, como lector veterano de ciencia ficción, uno se encuentra con fórmulas tan estiradas y manidas que no puede evitar lanzar el libro sobre la mesa cansado de la misma historia, mal documentada, mal contada y mal escrita. Ese, por fortuna, no es el caso de Fragmentos de Burbuja, obra del cordobés Juan Antonio Fernández Madrigal y que supone un interesante logro para la nueva editorial NGC Ficción.
Fragmentos de burbuja es una historia que no tiene problemas en ser narrada a través de distintos personajes, ninguno de ellos definitivamente humano -aunque sí post-humano, y alguno incluso alienígena. Sin embargo, el discurso, el monólogo interior de cada uno de ellos, sí que es humano. Nos muestra desde la confusión de Galavar a la decisión de… bueno, no voy a contar de quién por bien de los spoilers.
¿Qué nos encontramos en el libro? Seres humanos –burbujas– cubiertos y dotados de nanomáquinas con un dispositivo -un ángel- como complemento a su memoria, físico e inteligencia. Un planeta protegido y habitado por humanos, robots, y burbujas. Restos de una grandeza anterior. Decadencia. Ah, y algo parecido a Dragones, pero que son más como gigantes y viejas mariposas.
El trabajo de Madrigal es conseguir que este ambiente fantástico se mueva entre los deseos y ansias más primarias del ser humano, que todo lo demás de igual. Con una narrativa fluida y un gran dominio del tiempo, el autor nos lleva a través de una búsqueda, la de un pasado que ya no existe, y que termina en un encuentro inesperado.
Es quizás el final su punto más débil. Algo inevitable para la novela al estar integrada en un mundo más grande y complejo, compuesto por Magnífica víbora de las formas y Umma. El libro deja con ganas de más, no sé si de manera consciente, aunque no presenta ningún problema para leerlo de manera independiente. Sólo deja una pequeña sensación de apresuramiento, algo que, con dos libros más por leer, se puede dejar pasar.
Un buen libro de ciencia ficción, ni más ni menos, algo que, en los tiempos que corren, es mucho decir.
Juan Antonio Fernández Madrigal
Fragmentos de burbuja