- El realismo mágico es un estilo narrativo que se popularizó en Latinoamérica en los años 60 del siglo XX.
- Te contamos cuáles son sus características principales y te presentamos a sus escritores y obras más representativos.
Hay términos literarios que, aunque no tengamos muy claro qué significan, a todos los lectores nos suenan. En el caso del realismo mágico, es inevitable que al oír hablar de él nos vengan a la mente América Latina, boom latinoamericano y Gabriel García Márquez. Pero ¿conocemos realmente en qué consiste y cuáles son sus características, autores y obras más importantes? A continuación te desvelamos todo lo que necesitas saber sobre esta original narrativa.
Qué es el realismo mágico
El realismo mágico es un estilo narrativo que comenzó a gestarse en Latinoamérica en los años 30 del siglo XX, aunque su apogeo tuvo lugar más adelante, en los 60 y 70, coincidiendo ello con el fenómeno editorial que fue el boom latinoamericano. Se trata de una forma de narrar que incorpora lo fantástico al mundo cotidiano sin provocar en los personajes extrañeza alguna.
El origen del término se lo debemos a Franz Roh, un crítico alemán que en 1925 publicó el libro Realismo mágico, donde utilizaba este concepto para hacer alusión al estilo pictórico que introducía elementos de fantasía en obras de pintura realistas. Dos décadas después, en 1947, el intelectual venezolano Arturo Uslar Pietri aplicó esta terminología al ámbito literario en su ensayo Letras y hombres de Venezuela; en él constataba la necesidad de escribir de manera diferente para poder retratar con mayor acierto la realidad latinoamericana, puesto que las corrientes imperantes de la época —el romanticismo, el modernismo y el costumbrismo— no lograban hacerlo.
Antes de ahondar en sus rasgos definitorios, cabe hacer una diferenciación con lo real maravilloso, una narrativa acuñada por el escritor cubano Alejo Carpentier que comparte características con el realismo mágico; no obstante, son en realidad formas distintas de contar historias. La principal diferencia entre ambos es que lo real maravilloso, que Carpentier presentó en 1949 en el prólogo de su obra El reino de este mundo, inserta elementos fantásticos en la narración, pero esta sí genera una respuesta en los personajes: mientras unos —los indígenas— los perciben como algo real, otros —los que no son indígenas— no son capaces siquiera de verlos. En cambio, en el realismo mágico los personajes actúan ante la fantasía con total naturalidad.
Características del realismo mágico
Aunque cada novela de realismo mágico es un mundo —cada autor le da su toque personal—, todas ellas comparten una serie de características propias de este estilo narrativo.
Contexto realista
Uno de los requisitos que deben cumplirse para tratarse de realismo mágico es que la historia tiene que transcurrir en un ambiente realista. Las obras que se encuadran en este tipo de narrativa tienden a retratar las diferentes culturas latinoamericanas: sus costumbres, sus ritos, sus creencias… Estas servirán como telón de fondo para contar la trama e insertar los elementos de fantasía.
Lo fantástico se percibe como natural
En la realidad en la que se desenvuelven los personajes van apareciendo diferentes hechos de corte fantástico. Lejos de reaccionar de forma alarmada, los perciben como algo común y parte de su cotidianeidad. Por ello, el narrador no explica lo sucedido y actúa como si nada hubiese ocurrido, como si lo que acabara de presenciar no fuera realmente extraordinario.
Descripciones muy sensoriales
Otro rasgo importante del realismo mágico es la manera que tienen sus autores de llevar a cabo las descripciones en la obra. En estas se atiende especialmente a los cinco sentidos, apelando a los olores, sabores, imágenes y textura; todo ello consigue que el lector se sumerja más profundamente en la historia.
Ruptura de la linealidad temporal
Las obras de realismo mágico suelen jugar con el plano temporal. En lugar de presentar la historia en orden cronológico y lineal, se generan saltos entre pasado, presente y futuro, sin que se especifique en la historia que se ha producido ese cambio. El tiempo también puede ser estático —se detiene, pero los pensamientos de los personajes siguen fluyendo— o invertido —por ejemplo, se intercambian el día y la noche—.
Autores importantes del realismo mágico
Desde que se comenzaron a crear obras de realismo mágico, ha habido una serie de autores que han destacado especialmente en el dominio de esta particular forma de escribir.
Gabriel García Márquez
El colombiano Gabriel García Márquez es uno de los autores más representativos del boom latinoamericano. Ganador del Nobel en 1982, en 2023 se convirtió en el escritor más traducido del español en el siglo XXI. Su trayectoria, durante la cual también ejerció como periodista, guionista y editor, rebosa de títulos tan fundamentales como El coronel no tiene quien le escriba (1961), Cien años de soledad (1967), El otoño del patriarca (1975), Crónica de una muerte anunciada (1981) y El amor en los tiempos del cólera (1985).
Juan Rulfo
Considerado uno de los escritores hispanoamericanos más influyentes del siglo XX, Juan Rulfo es uno de los predecesores, junto a otros autores como Jorge Luis Borges, de la narrativa propia del boom latinoamericano. Su escasa bibliografía —una novela, Pedro Páramo (1955), y un compendio de relatos, El llano en llamas (1953)— fue suficiente para convertirlo en un referente para las siguientes generaciones literarias. Su maestría fue reconocida en 1983 con el Premio Príncipe de Asturias de las Letras.
Isabel Allende
La autora chilena se ha labrado una fructífera carrera en el mundo de las letras y forma parte del movimiento literario conocido como posboom. Traducida a más de 40 idiomas, ha vendido millones de libros y es considerada la escritora más leída en español. De su obra, que aborda en numerosas ocasiones temáticas de corte feminista, cabe destacar novelas como La casa de los espíritus (1982), Eva Luna (1987), Paula (1994), Hija de la fortuna (1999) o Inés del alma mía (2006).
Elena Garro
La escritora mexicana Elena Garro es considerada por muchos como la madre del realismo mágico. Sin embargo, ella no estaba cómoda con esa etiqueta ya que, por un lado, se sentía más cercana a la literatura fantástica y romántica alemana y, por otro, porque entendía que esta categorización era puramente mercantilista. Sea como fuere, lo innegable es que sus novelas —especialmente Los recuerdos del porvenir (1963)— abrieron camino a una forma de narrar diferente.
Laura Esquivel
Laura Esquivel es una escritora y política mexicana entre cuyas obras destaca Como agua para chocolate, publicada en 1989 y que fue aplaudida tanto por el público como por la crítica. Además, su adaptación al cine de 1992 favoreció su popularidad. A lo largo de su trayectoria ha publicado otras obras como La ley del amor (1995), Malinche (2006) —donde hace su interpretación de una de las figuras más controvertidas de la conquista de México— o Lo que yo vi (2022).
Obras importantes de realismo mágico
De entre toda la producción que se ha escrito que pertenece al realismo mágico, cabe subrayar la importancia de los siguientes cinco libros.
Cien años de soledad
Publicada en 1967, Cien años de soledad es una piedra angular de la literatura en español, así como una de las máximas representaciones del realismo mágico. En ella el autor relata la historia de la familia Buendía a lo largo de siete generaciones. El relato transcurre en el pueblo ficticio de Macondo, donde tienen lugar sucesos fantásticos que no son tomados como tal por sus habitantes.
Pedro Páramo
La novela de Juan Rulfo es un claro antecedente del realismo mágico. Entre sus páginas el protagonista, Juan Preciado, emprende un viaje en busca de su padre, Pedro Páramo, como fruto de la promesa que le hace a su madre en su lecho de muerte. El lugar hacia el que se dirige es Comala, un escenario vacío, extraño y plagado de elementos mágicos que convierten la historia en un relato fascinante. El título sirve, además, para conocer la sociedad mexicana de la época.
La casa de los espíritus
Junto a Cien años de soledad, La casa de los espíritus de Isabel Allende es una de las novelas de realismo mágico que más trascendencia ha tenido a nivel internacional. En ella se narran las vivencias de cuatro generaciones de la familia Trueba, que se ven afectadas en diferente medida por las transformaciones políticas y sociales que sufre Chile desde los inicios del siglo XX hasta los años 70. Como es común en las obras de realismo mágico, los personajes no se perturban en absoluto ante la presencia de elementos maravillosos.
Los recuerdos del porvenir
La obra de Elena Garro es, al igual que Pedro Páramo, una precursora del realismo mágico. Los recuerdos del porvenir cuenta con un narrador muy original: el pueblo de Ixtepec. Es él mismo el que cuenta lo que va sucediendo en sus calles y entre sus vecinos; Garro utiliza esta voz narrativa para ofrecer su visión de la Guerra Cristera y la Revolución mexicana. Uno de los temas que trata es el tiempo, que transcurre en la historia de forma circular: el narrador habla del presente, salta al pasado y también menciona hechos que aún no han ocurrido.
Como agua para chocolate
Como agua para chocolate de Laura Esquivel fue publicada en un momento en el que el realismo mágico parecía haber dejado de ser tendencia en el mundo editorial. En la novela Esquivel aborda la historia de su país a través de la mirada de Tita de la Garza, la hija menor de una familia que vive en el México de principios del siglo XX. Lo particular de este título es que se representa la tradición mexicana a través de su gastronomía: Como agua para chocolate se divide en doce capítulos que hacen alusión a los doce meses del año y, en cada uno, se presenta una receta típica mexicana. A lo largo de todo el libro van apareciendo elementos propios del realismo mágico, como es la presencia de lo irreal en el día a día.