- La Generación Perdida es el conjunto de escritores estadounidenses que vivenciaron la Primera Guerra Mundial y la Gran Depresión.
- Entre sus miembros más destacados se encuentran Hemingway, Fitzgerald, Steinbeck y Faulkner.
A lo largo de la historia se han formado numerosas generaciones literarias, entendiéndose estas como un conjunto de escritores que están vinculados a razón de sus ideas, temáticas y vivencias. En el caso de España son muy conocidas, entre otras, la del 98 —Antonio Machado, Miguel de Unamuno, Pío Baroja, Ramón María del Valle-Inclán…— y la del 27 —Federico García Lorca, Rafael Alberti, Luis Cernuda, Gerardo Diego, Pedro Salinas…—, mientras que en Estados Unidos las que más impacto han conseguido han sido la Generación Beat y la Generación Perdida. Esta última la componen nombres como Ernest Hemingway, Francis Scott Fitzgerald, John Steinbeck, William Faulkner, Gertrude Stein, T.S. Eliot, Henry Miller y Ezra Pound, entre otros. A continuación te contamos cómo surgió este movimiento, qué características comparten sus miembros y cuáles son sus escritores más notables.
Cuando se habla de generaciones perdidas se hace alusión a aquellas personas que van por la vida sin rumbo y cuyos rasgos definitorios son, por un lado, la desesperanza y, por otro, el pesimismo respecto al futuro. Algunos de los escritores estadounidenses que vivieron los años 20 terminaron sintiéndose así, a raíz de haber asistido a momentos históricos tan convulsos como la Primera Guerra Mundial y la Gran Depresión. El nombre de Generación Perdida se le atribuye a Gertrude Stein, quien lo escuchó decir a un mecánico refiriéndose a su aprendiz y luego lo aplicó, durante una conversación con Ernest Hemingway, a los escritores norteamericanos que como él se habían instalado en París en esa época posterior a la guerra. Sería el escritor quien terminaría popularizando el término al usarlo en el epígrafe de Fiesta (1926): «Todos sois una generación perdida».
Lo que permite reunir a este grupo de escritores bajo el mismo paraguas terminológico es su desilusión respecto al camino que estaba tomando el país tras la Primera Guerra Mundial, con especial atención a la cultura, la ideología y la política. Tras haber presenciado los horrores del conflicto bélico, empezaron a considerar el «sueño americano» un engaño y comenzaron a rechazar los valores más tradicionales asociados a la conducta apropiada, la moralidad y los roles de género. Con esta mentalidad casaba un estilo de vida bohemio, que muchos escritores se lanzaron a practicar. También fueron muy críticos con la sociedad burguesa y su superficialidad, tema que apareció, junto a otros como el sinsentido de la guerra, en numerosas obras de este periodo.
Ernest Hemingway
Ernest Hemingway (1899-1961) es uno de los narradores más destacados del siglo XX, tal y como atestigua el Nobel que le fue otorgado en 1954. Participó en diferentes guerras a lo largo de su vida: en la Primera Guerra Mundial se alistó como voluntario para conducir ambulancias en Italia y, en la Guerra Civil española y en la Segunda Guerra Mundial, estuvo involucrado como corresponsal. Estas experiencias las incorporó, como no podía ser de otra manera, en sus relatos y novelas. En su extensa y rica producción dejó entrever algunos temas clave de la Generación Perdida como la expatriación y la vida hedonista (Fiesta y París era una fiesta), la inutilidad de la guerra (Adiós a las armas) y la crítica a la violencia (Por quién doblan las campanas).
Francis Scott Fitzgerald
También Francis Scott Fitzgerald (1896-1940) se encuentra entre los miembros más insignes de la Generación Perdida. A pesar de proceder de una familia de clase alta, nunca se sintió cómodo en estos círculos; sin embargo, haber pertenecido a ellos le hizo ser muy consciente de la falsedad en la que se movía la sociedad aristocrática americana. Tras pasar un año en la universidad, dejó sus estudios y se volcó en la escritura; en 1917 se alistó en el ejército norteamericano (aunque no llegó a luchar) y en los años 20 se casó con Zelda, con quien viajó a Europa y se asentó en París. Su obra más notoria es, sin duda alguna, El gran Gatsby (1925), donde expone el deterioro del sueño americano y la banalidad y la hipocresía de las clases acomodadas.
John Steinbeck
John Steinbeck (1902-1968), autor reconocido con el premio Nobel en 1962, se preocupó enormemente por las condiciones de pobreza y marginalización a las que estaban sometidos grandes sectores de la población de su California natal. Esta conciencia social le llevó a escribir historias cuyos protagonistas eran pobres y luchaban por subsistir en un mundo capitalista; muestra de este tipo de trama es Las uvas de la ira (1938), su obra más famosa, en la que tras la Gran Depresión una familia de humildes granjeros se ve obligada a mudarse de Oklahoma, tierra sobreexplotada que empieza a transformarse en desierto, a California, donde los miembros buscarán trabajo como recolectores de fruta. También De ratones y hombres (1937) es un fresco de las preocupaciones y miserias de los granjeros estadounidenses en este período histórico.
William Faulkner
El Nobel William Faulkner (1897-1962) también forma parte de la nómina de la Generación Perdida. Si bien es cierto que no se relacionó con el resto de los miembros cuando estuvo viviendo en París —era bastante retraído y solitario—, sigue considerándose parte del movimiento por ser contemporáneo y por retratar, como hacían los demás escritores, la decadencia de la sociedad y cultura estadounidense. Faulkner nació en el seno de una familia propietaria de plantaciones al sur de Estados Unidos, en una región conocida especialmente por su opresión hacia los negros. Él, por otro lado, no compartía esa mentalidad ni tradición, por lo que siempre se puso del lado oprimido en las luchas políticas, además de sacar a relucir en sus obras la hipocresía de la sociedad blanca sureña. En 1929 publicó El ruido y la furia, su obra cumbre, que destacó por su carácter experimental, y en los años 30 y 40 escribió varias historias cortas ambientadas en un condado imaginario que recreaba el declive del sur de los Estados Unidos.
En definitiva, la Generación Perdida no es sino el resultado de una guerra devastadora seguida de otra crisis como fue la Gran Depresión; sus autores, lejos de dejarse avasallar por el desánimo, convirtieron sus preocupaciones en arte y, a día de hoy, podemos entrever entre las páginas de sus obras lo que supuso tanta desolación para la sociedad estadounidense.