6 razones por las que nos encanta Jane Austen

• Jane Austen es una pieza clave de la literatura inglesa y universal.
• Analizamos algunos de los factores que han convertido a la autora en una figura de tal envergadura.

Jane Austen es una de las escritoras más importantes de la literatura universal y sus obras no pueden faltar en ninguna biblioteca que se precie. Su nombre reverbera en el imaginario popular a pesar de haber pasado ya más de dos siglos desde su muerte el 18 de julio de 1817. ¿Cómo es posible que a día de hoy Austen siga conquistando a tantos lectores? ¿Qué es tan único en su prosa que ha hecho que sus novelas mantengan la vigencia tanto tiempo después de ser escritas? A continuación respondemos a estas preguntas y analizamos el porqué la autora es digna del reconocimiento del que goza.

Su personalidad

Más allá de su producción literaria, uno de los factores que nos fascina acerca de ella es que fue una mujer adelantada a su época. Jane Austen (1775-1817) vivió en Inglaterra durante la época georgiana; séptima de ocho hermanos, nació en una familia de la baja aristocracia inglesa que le permitió formarse, primero en un internado y más adelante desde su casa. El entorno intelectual en el que se crio propició que se convirtiera en una lectora voraz —su padre le proporcionó una amplia biblioteca repleta de literatura tanto inglesa como extranjera— y la animó también a escribir. Una vez creaba sus historias, las leía e incluso interpretaba en las reuniones familiares. El apoyo que obtuvo de sus seres queridos fue tal que Henry, uno de sus hermanos, terminó convirtiéndose en su agente literario.

Cuando empezaron a publicarse sus novelas —aunque no bajo su nombre—, Jane comenzó a generar sus propios ingresos, lo que la convirtió en una mujer para nada convencional en aquella época. Además de disfrutar de cierta independencia económica, la autora, de carácter indoblegable, demostró su determinación y sus fuertes convicciones al negarse a casarse en un momento histórico en el que el matrimonio era prácticamente una imposición para que las mujeres prosperaran. Esta transgresión de las convenciones sociales traspasó su experiencia personal y quedó patente también en las protagonistas de sus obras.

Otra de las muchas virtudes a destacar de Jane Austen es que se tomó muy en serio su trabajo como escritora. Quiso que su literatura alcanzara la máxima perfección posible y, para ello, revisaba los manuscritos una y otra vez en su afán por conseguir que viera la luz la mejor versión de la historia. Escribió hasta el final de sus días y de hecho, incluso en el último año de su vida, ya enferma, encontró la fuerza necesaria para terminar Persuasión.

Sus protagonistas femeninas

Jane Austen fue una mujer formidable y las protagonistas de sus novelas no se quedan para nada atrás. Su producción —Sentido y sensibilidad, Orgullo y prejuicio, Emma, Mansfield Park, La abadía de Northanger y Persuasión— está protagonizada por mujeres inteligentes, ingeniosas y llenas de ambiciones. No se atienen a convencionalismos y se muestran reacias a acatar lo que se les impone por su condición, defendiendo sus principios a capa y espada.

En aquel entonces, la mujer no tenía voz ni voto ni gozaba de independencia económica, por lo que estaba abocada a limitar su vida a casarse, tener hijos y criarlos. Jane Austen decidió en un alarde de valentía y audacia, representar en sus escritos a personajes femeninos que no se ajustaban a ese canon y que lucharon por su derecho a elegir cómo vivir.

Sus personajes

De las obras de Jane Austen no solo destaca la rebeldía y arrojo de sus protagonistas, sino que el resto de personajes —ya sean principales o secundarios— también tienen mucho que aportar. La autora se esmeró en construirlos de forma veraz y consistente, haciéndolos así verosímiles. Las cualidades realistas que les atribuyó hacen que el lector pueda concebirlos como personas reales.

Austen los perfiló con sus pasiones y defectos; lejos de escribirlos perfectos, les puso en un punto de partida que les permitió evolucionar hacia personalidades más maduras, sensatas y equilibradas. Es por eso que sus personajes, redondos y de enorme profundidad psicológica, son uno de los elementos más notables de la producción literaria de la escritora inglesa.

Su forma de plasmar la realidad de la época

Jane Austen ambientó sus novelas en el contexto en el que ella misma vivió, centrándose especialmente en el periodo de la Regencia, comprendido entre 1811 y 1820. Gracias a sus novelas entramos en contacto con la sociedad de entonces, aunque no accedemos a las vivencias de todas las clases sociales. Sus obras son un retrato fehaciente de la clase media-alta de la época, ya que se ciñó a sus propias experiencias y no quiso aventurarse a hablar de aquello que no conocía (no escribe, por ejemplo, ni de la realeza ni de la servidumbre). Esa cercanía con lo que relata, ese conocimiento fruto de su exhaustiva observación, otorga a sus novelas una veracidad insólita. Asimismo, no se limita a plasmar la realidad sin más, sino que la narra desde una perspectiva crítica y reflexiva.

Su estilo

La prosa de Jane Austen se sustenta en un estilo de escritura único e inigualable. Su pluma familiar, cercana y dinámica conecta fácilmente con el lector, incluso con aquel que no se siente completamente cómodo leyendo clásicos. Y es que la autora consigue, a través de unos diálogos inteligentes e ingeniosos, que quien se encuentra al otro lado de las páginas forme parte también de la historia.

Austen hace un uso exquisito de la ironía, el sarcasmo y el humor, para hacer una crítica sutil pero efectiva de una sociedad basada en las apariencias y que relegaba a las mujeres a un segundo plano. Estos recursos son los que usa la autora para enviar un mensaje moralizador que ensalza los valores positivos como como la sensatez, el cariño o la bondad, y rehúye de los negativos como la arrogancia o la vanidad. La moraleja se encuentra en la propia evolución de los personajes, que empiezan la novela mostrando defectos como los mencionados, y la terminan curtiendo su espíritu y alcanzando un mayor virtuosismo.

Sus tópicos

La magia de las letras de Jane Austen es que los tópicos que trata en su producción siguen siendo de gran actualidad. A pesar de que muchos la consideran una autora de literatura romántica, los temas que aborda van mucho más allá del romance y dan pie a profundas reflexiones.

Sus historias han envejecido bien porque las escribió de tal forma que su temática es aplicable a cualquier sociedad, incluso la nuestra. Aunque las generaciones de hoy en día no se ven afectadas por las convenciones sociales que relata la autora, sí pueden identificarse con sus personajes, sus motivaciones y sus preocupaciones: la búsqueda de la estabilidad económica, la incertidumbre ante un futuro incierto, la lucha de las mujeres por defender sus derechos frente a la opresión machista, el interés por encontrar a una persona que nos complemente y con quien compartir nuestra vida…

Estos son algunos de los motivos que han llevado a la autora a convertirse en una figura inmortal de las letras. Y a ti, ¿qué te fascina de Jane Austen?