- Escoger lecturas es una tarea complicada para los lectores, pues han de seleccionar entre una larga lista de libros pendientes.
- Un mood reader elige qué leer dependiendo de cómo se siente en ese momento.
Leer no siempre es una experiencia satisfactoria. Esta afirmación da pie a pensar que nos referimos a que, de vez en cuando, nos cruzamos con libros que no cumplen con nuestras expectativas o que no terminan de encajar con nuestros gustos. Pero ¿qué ocurre cuando el problema no proviene del libro sino del propio lector?
Pongámonos en situación: has terminado tu jornada laboral, llegas a tu casa, te duchas y por fin tienes un rato para sentarte a leer antes de ponerte a cocinar la cena. Te plantas en el sofá con tu nueva lectura entre las manos y, cuando te das cuenta, has leído tres capítulos y no sientes conexión alguna con la historia. ¿Cómo es posible? Es la última novela de tu autor favorito y tenías muchísimas ganas de adentrarte entre sus páginas. Te encanta el género, la trama, el estilo del escritor… y pese a todo, algo no funciona. No te apetece leerlo y preferirías estar dedicando tu tiempo a otro libro o, directamente, a otra actividad. Si alguna vez te ha ocurrido puede deberse a que, en el fondo, eres todo un mood reader.
Qué es
Un mood reader es aquel lector que escoge sus lecturas atendiendo a su estado de ánimo, es decir, que son sus emociones y sentimientos en el momento de leer las que determinan qué libro es el adecuado. Para épocas de absoluta felicidad, por ejemplo, elegiría obras feelgood, románticas, cómicas o que traten tópicos más bien superficiales, pues decantarse por novelas más profundas podría afectar, para mal, su buen humor. En momentos difíciles de su vida, por otro lado, buscaría novelas que incitaran a la reflexión y que le sirvieran, de algún modo, de consuelo. Y así, lectura a lectura, este tipo de lector busca satisfacer sus necesidades anímicas a través de los libros.
¿Eres un mood reader?
Podría parecer que cualquier persona es un lector de este tipo, puesto que todos hemos experimentado alguna vez esa desazón al no conectar con un libro y preferir cambiar a otro que nos llame más la atención. Sin embargo, en un mood reader, esa necesidad de saltar de lectura en lectura para dar con la apropiada es más frecuente que en lectores al uso. Para determinar si perteneces a este grupo o no es necesario que analices estos puntos clave que te darán la información que necesitas.
En primer lugar, fíjate en los libros que has dejado a medias. Abandonar lecturas no es un hecho fuera de lo común, al fin y al cabo, ¿qué necesidad tiene alguien de perder su preciado tiempo en obras que no le merecen la pena? Ahora bien, cuando esta práctica se convierte en “lo habitual” y te cuesta horrores encontrar el ejemplar que se ajuste a tus necesidades, es entonces cuando podemos estar hablando de un mood reader.
Otro aspecto a tener en cuenta es la frecuencia con la que lees. Debido a sus intereses, un lector de este tipo se dedicará a la lectura de forma esporádica y solo cuando se sienta con ánimo de hacerlo. Mientras que otras personas suelen tener un momento determinado del día asociado a la actividad —por la noche, por ejemplo—, un mood reader cogerá el libro a cualquier hora, siempre y cuando eso sea lo que más le apetezca en ese mismo instante.
En cuanto a la lista de libros pendientes, es eterna. De nuevo, esto no es ninguna novedad para ningún lector. Con la cantidad de grandes novelas que salen a la luz a diario es difícil estar al día con todas ellas, y más difícil es reducir el listado de pendientes. Aun así, cuando se trata de un mood reader la longitud de este listado es prácticamente inabarcable. Este hecho se debe a que, al abandonar muchas lecturas pero no querer deshacerse de ellas por completo, las deja acumulando polvo en la pila de pendientes hasta que se encuentre con el estado de ánimo apropiado para retomarlas. Si es que las acaba retomando…
Te cuesta recomendar libros y autores. Un mood reader puede conocer muchos títulos pero puede que no los haya llegado a terminar porque, cuando se puso a leerlos, no era el momento más afín. Al guiarse por su estado de ánimo, este tipo de lector puede haber leído mucho pero debido a la variedad y a su forma de seleccionar lecturas, a la hora de elegir una opción para recomendar a un conocido o amigo, la tarea se vuelve harto complicada porque no ha profundizado en ninguna temática, autor o género literario en particular.
Ligar la lectura a cómo te sientes puede conducirte a numerosos parones lectores, es decir, épocas en las que no lees tanto como acostumbrabas. El mood reader va por temporadas; puede que durante unos meses se sienta con unas ganas tremendas de dedicar todo su tiempo libre a consumir literatura pero, al cabo de unas semanas, esa inquietud se extinga y prefiera dirigir sus esfuerzos y sus instantes de calma a ver series, películas o cualquier otro tipo de actividad que le apasione.
Un lector de estas características encuentra dificultades cuando intenta seguir retos literarios. En las comunidades literarias es usual hallar propuestas de retos literarios: cada mes del año te proponen una clase de lectura (libro de más de 200 páginas, libro publicado en el año de tu nacimiento, novela de un autor que nunca has leído…). Si algo queda claro después de definir qué es un mood reader es que no se puede atener a ningún tipo de directriz en cuanto a lectura se refiere, pues esto va en contra de su propia naturaleza.
Siguiendo este mismo hilo argumental, los clubs de lectura no están hechos para esta clase de lector. Esta práctica literaria tan enriquecedora parte de la premisa de escoger entre todos los miembros del grupo una lectura por mes. Aunque esta selección pueda coincidir de vez en cuando con el estado de ánimo del mood reader, en la mayoría de ocasiones no se dará el caso.
Consejos para leer más siendo un mood reader
Huelga decir que ser un mood reader no tiene nada de malo, es un tipo de lector como otro cualquiera; sin embargo, bien es cierto que pertenecer a este grupo puede generar cierta angustia al lector cuando quiera leer pero no dé con el libro correcto enseguida. Para disminuir esta desazón te recomendamos, en primer lugar, establecer una rutina de lectura. Cada día, siéntate frente a una obra y dale una oportunidad; si no es para ti, tampoco te fuerces y busca otra que pueda interesarte más. También te vendrá bien compaginar la lectura con otras actividades de tu gusto; si durante una época centras toda tu atención en leer, es muy probable que la sensación de frustración se dispare porque te cuesta dar con los libros apropiados. Por otro lado, es muy importante que no te fuerces a leer una historia con la que no estás conectando; no te sientas mal por abandonarlo, si sigues leyéndolo por cabezonería puedes terminar entrando en un parón lector.
Y tú, ¿te dejas llevar por cómo te sientes para elegir tus lecturas?
Lectora empedernida desde que tiene uso de razón. Disfruta perdiéndose entre las hojas de cualquier buena historia que caiga en sus manos y compartiendo las reseñas de sus lecturas en su propio blog literario, donde da rienda suelta a sus opiniones.