- Una de las manías lectoras más habituales es la de no dejar nunca una historia por terminar.
- A pesar de que abandonar un libro puede causar sensación de derrota, hacerlo conlleva más beneficios que desventajas.
Terminar siempre los libros que se empiezan es la regla no escrita de muchos lectores. Independientemente de lo tediosa que les esté resultando la lectura, se niegan a aceptar que esa historia no es para ellos y se obligan a leer hasta la ultimísima línea. “¿Y si mejora más adelante?” es una de las excusas que suelen ponerse para seguir leyendo, aunque ellos saben que en la mayoría de casos este cambio no se producirá. Si has leído un porcentaje considerable de la obra y, aun así, sigues sin poder conectar con ella ni te entran ganas de continuar pasando páginas, déjala. Tal y como decía Borges, si un libro te aburre debes abandonarlo porque no ha sido escrito para ti. Y, por mucho que te cueste creerlo, no hay nada de malo en hacerlo.
¿Qué es la lectura sino un momento de felicidad? Nos sumergimos en la literatura para desconectar, entretenernos, reír, llorar, explorar nuevos mundos… Si un libro no cumple este cometido para ti, ¿a qué esperas para buscar otro que se adapte mejor a tus necesidades? El tiempo del que disponemos para leer es limitado y no deberíamos malgastarlo innecesariamente. A continuación destacamos algunas razones por las que abandonar una lectura sin sentir remordimientos.
Para evitar el bloqueo lector
El parón lector es una experiencia más que común en personas que leen habitualmente. Casi sin darte cuenta puedes pasar de devorar montones de libros en cuestión de semanas a no tener ganas de dedicar ni un segundo a esta afición. Tan desconcertante situación puede deberse a muchas causas y una de ellas es haber seguido leyendo cuando en realidad querías parar de hacerlo. Si una novela está cargándose de un plumazo tu entusiasmo por la lectura, déjala antes de que sea tarde; cuando se entra en un bloqueo lector puede resultar muy complicado salir de él, costándote incluso semanas, meses o años recobrar la pasión por una actividad que siempre te había hecho feliz.
Errores de corrección
Mientras que la mayoría de motivos que mencionamos para dejar a mitad un libro dependen por completo de la persona, que el libro esté lleno de erratas es una razón que no deja espacio a la subjetividad. Tú como lector tienes derecho a disfrutar de un producto en perfecto estado que haya pasado por los filtros de calidad correspondientes. Desafortunadamente, esto no ocurre en todo lo que leemos y, en ciertas ocasiones, nos podemos encontrar con historias que hacen resoplar cada dos páginas por la cantidad de errores gramaticales, ortográficos o de estructura y coherencia que presentan. Cuando te pasas más tiempo pensando en todo lo que está mal en lugar de dejarte absorber por la trama, levántate, devuelve el libro a la estantería y elige de entre tus eternos pendientes otro mucho mejor.
No es tu momento de leerlo
Hay obras que, a pesar de no estar disfrutándolas, sabes que de estar leyéndolas en otro momento de tu vida te encantarían. De todas las situaciones que pueden llevarte a abandonar una lectura, esta es definitivamente la mejor porque sabes que no es problema del libro ni de su autor o autora, sino que lo único que falla es tu estado de ánimo. Por ejemplo, durante una situación personal complicada es muy probable que una novela trágica, desgarradora y densa no sea una buena opción de lectura, prefiriendo, como es lógico, algo más ligero y desenfadado. Por suerte, querer abandonar una lectura por estos motivos no significa que no vayas a retomarla nunca más. Apártala a un lado, lee otra cosa más afín a cómo te sientes y, cuando estés preparado, regresa a ella.
No conectas con el estilo del autor
Es imposible que disfrutemos de la pluma de todos los escritores y escritoras existentes. Es normal sentir predilección por un tipo de prosa, una cadencia narrativa determinada y la forma de relatar de unos autores sobre otros. Mientras unos lectores quedan fascinados por las descripciones detalladísimas, otros las aborrecen; por cada lector que se fija extremadamente en la ambientación de la historia, hay otros tantos que ponen su foco de atención en la trama o en el desarrollo de los personajes. Todas estas posturas son igual de válidas y, por ello, que no te guste cómo escribe alguien es razón más que suficiente para decantarte por otro libro. Abandonar una lectura por estos motivos no lleva implícito que el lector considere que la obra carece de calidad literaria, simplemente se trata de gustos personales.
No te despierta ningún tipo de emoción
Si te encuentras leyendo un libro como si se tratara de una guía telefónica, ¿qué te vamos a decir que no sepas? La literatura tiene que emocionarte, hacerte llorar, alegrarte, angustiarte, enfadarte, hacer volar tu imaginación… Leer y no sentir ninguna de estas cosas le quita todo el valor a la experiencia. El libro que no despierte algo, ya sea bueno o malo, en ti, es definitivamente una pérdida de tiempo y no deberías seguir invirtiendo horas en él. ¿Qué sentido tiene esforzarte en que te guste la historia de unos personajes por los que ni sientes ni padeces? La indiferencia ante lo que se está leyendo es una de las claves que indican que es momento de abandonar un libro a mitad.
Así que, si mientras lees te sorprendes contando constantemente el número de páginas que te quedan para acabar el libro, no dudes más: ciérralo y a otra cosa mariposa. Será por historias…