- Cuando nos piden una recomendación, los lectores solemos quedarnos en blanco.
- Recomendar un libro depende de muchos factores, por lo que es aconsejable seguir una serie de pautas para acertar con la elección.
A los lectores nos encanta compartir lecturas: hablar de ellas, indagar en lo que nos ha gustado, comentar lo que no, debatir sobre su argumento, el autor, su originalidad o si merece el reconocimiento que ha recibido. Ahora bien, hay una pregunta a la que todos los que disfrutamos de la literatura nos enfrentamos con miedo: “¿me recomiendas un libro?”. En ese momento, nuestra mente se queda en blanco y no hay manera de que nos venga un título a la cabeza. Recorremos con rapidez todas las lecturas que hemos hecho a lo largo de nuestra vida, pero somos incapaces de escoger solo una para recomendar.
¿Te ha pasado alguna vez? No te preocupes porque no estás solo. De hecho, es una situación muy común; se tiende a pensar que recomendar un libro es una tarea fácil cuando en realidad no lo es en absoluto. Hay muchos factores que entran en juego a la hora de recomendar literatura: si conoces bien a esa persona, si se trata de alguien que lee asiduamente o no, si coincidís en gustos… En el caso de que quien pregunta sea una persona conocida, partimos con una base muy buena para acertar con la recomendación que vayamos a hacer. Pero ¿y sí es alguien con quien no tenemos un trato muy cercano? El primer paso es recoger información sobre él o ella para determinar qué tipo de lectura podría interesarle y, entonces sí, lanzarnos a decirle un título.
Antes de recomendar
No podemos ponernos a recomendar sin ton ni son los libros que más nos gustan porque, para empezar, nuestro gusto lector va a diferir mucho del de otras personas. Cuando nos piden que elijamos un libro para alguien, lo primordial es saber a quién nos estamos dirigiendo.
Antes que nada, es importante fijarnos en su edad, en su género y en otros datos como su profesión. Estos son datos que acotan el listado de recomendaciones, ya que dependiendo de ellos, unas lecturas encajarán más que otras para ellos. Por ejemplo, si nos piden que elijamos un libro para un adolescente, deberíamos decantarnos por la literatura juvenil, pues estas obras tratan temas que, probablemente, sean más de su interés que otras.
También podría sernos de utilidad preguntar por sus hobbies. Sus aficiones son otro de los puntos clave para acertar con una recomendación, ya que son capaces de orientarnos hacia un género, un autor o un estilo de escritura determinado. Pongamos por ejemplo que a la persona le apasiona la astronomía; ¿no sería lógico pensar que un libro de ciencia ficción asentado en el espacio captará su atención?
Más información de relevancia serían sus películas o series favoritas. En ellas no solo se reflejan los géneros literarios que más pueden interesarle, sino que también podemos intuir las temáticas con las que puede conectar mejor. Imaginemos que la persona disfrutara viendo comedias románticas, en ese caso las novelas chick-lit o feelgood podrían ser muy buena opción, pues comparten muchos rasgos con este género audiovisual.
Por último, y quizás los datos que más puedan aportarnos a la hora de recomendar una obra, es saber sus gustos literarios. Si la persona que pregunta no es lectora y te está pidiendo consejo para empezar a leer, con las pautas que te hemos propuesto ya podría bastar para encaminar nuestra elección; por el contrario, si ya es un lector habitual, conocer el tipo de libros que lee va a ser determinante para decantarnos por un título u otro.
Cómo recomendar
Ya hemos aprendido lo suficiente de quien pregunta como para escoger un libro para recomendarle, ¿y ahora qué? En este momento pasamos al paso más importante: vendérselo bien.
Háblale de por qué crees que es una lectura que podría gustarle. Cuéntale brevemente el argumento y explica las razones que te han llevado a escoger esa lectura para él o ella. De este modo, no solo estás demostrando que realmente estás interesado en que lea la obra, sino que la otra persona se sentirá escuchada y entendida, por lo que muy probablemente vuelva a acudir a ti en el futuro para pedir recomendaciones.
Destaca una o dos características que te han llevado a recomendarlo. Es momento de resaltar las bondades que le encuentras a la obra, más allá de los gustos de la persona que te han llevado a elegirla. Aquí entra en juego tu propio juicio: los personajes, el estilo del autor, la estructura del libro, su originalidad… Saca a relucir solo un par de cosas, tampoco queremos aturullar a la persona con demasiada información.
Señala algo negativo que puede no gustarle a alguien. Al recomendar, no solo es necesario destacar lo bueno; poner atención sobre lo que no te gusta también es de mucha valía. Quién sabe, tal vez lo que a ti te ha disgustado a la otra persona le llame la atención, o puede que sea un factor que le haga descartar el libro completamente. No te dejes nada en el tintero, tanto la información buena como la mala puede ser decisiva para que la persona acepte tu recomendación o no.
Después de recomendar
¡Trabajo hecho! Por fin has dado con una obra que puede encajar con sus gustos y su trayectoria literaria. Pregúntale si cree que has acertado y, sobre todo, anímale a que te comente qué tal le ha parecido la historia si finalmente se aventura a leerla. Esta es la oportunidad perfecta para empezar una relación lectora en la que os sugerís lecturas mutuamente y os enriquecéis literariamente el uno del otro.
Lectora empedernida desde que tiene uso de razón. Disfruta perdiéndose entre las hojas de cualquier buena historia que caiga en sus manos y compartiendo las reseñas de sus lecturas en su propio blog literario, donde da rienda suelta a sus opiniones.