- Hacemos un pequeño recopilatorio por la historia de algunos personajes literarios que nunca nos hubiese gustado ver morir.
- Algunas muertes literarias inmerecidas que muchos fans todavía no han perdonado.
El mundo de la literatura y la escritura es fascinante, capaz de atraparnos durante horas entre las hojas de una novela trepidante y de sacar a relucir nuestros sentimientos más profundos. Y precisamente de esto último queremos hablar hoy, sobre los sentimientos que se despiertan cuando empatizamos con un personaje, y capítulos más tarde, descubrimos que ese mismo personaje sufre una inmerecida y desafortunada muerte literaria.
Los lectores sabemos que esto ocurre con frecuencia, y por ello, en muchas de las ocasiones intentamos no encariñarnos demasiado con ciertos personajes. De hecho, encontraremos a cientos de personajes que sufren muertes repentinas, a lo largo de decenas de novelas, y esto ocurre desde tiempos inmemoriales. Muchos escritores juegan con este recurso, pues saben que la muerte trágica de un personaje, en un momento determinado de la obra, atrapa al lector aún más si cabe y lo engancha totalmente a la trama. A continuación, y como si de un recopilatorio se tratase, hablaremos de algunos famosos personajes que han visto llegar su fin antes de lo que nos hubiese gustado. Personajes que simplemente no deberían de haber muerto nunca y otros que nos gustaban demasiado como para que muriesen de esa forma. Eso sí, inevitablemente encontraremos algún spoiler que otro, así que prestad atención al título en cursiva antes de seguir leyendo.
La lista empieza de la mano de un autor que ha destacado especialmente por esto, por no dejar títere con cabeza en sus obras. Hablamos, por su puesto, de George R. R. Martin. El famoso autor de la conocida saga Canción de Hielo y Fuego, que ha sido capaz de lograr que empaticemos con ciertos personajes y, al instante, arrebatárnoslos sin piedad. Una de las muertes más inmerecidas de las que literariamente es autor, es sin ninguna duda, la de Eddard Stark, el personaje más noble y honrado de toda la saga, y que sin embargo, es asesinado de la manera más humillante y cobarde posible. Por no mencionar los acontecimientos que ocurren en la Boda Roja, en la novela Tormenta de Espadas, donde el joven lobo Robb Stark es masacrado junto a su mujer en su propia boda, algo que también pudimos ver en la famosa serie de televisión Juego de Tronos.
Otro personaje de novela fantástica que jamás debería haber muerto es un anciano que responde a las siguientes características: alto, delgado, ataviado con una túnica y un gorro puntiagudo, y sobre todo, con larga y llamativa barba plateada. Efectivamente, nos estamos refiriendo a Albus Percival Wulfric Brian Dumbledore. El famoso director de la escuela de magia del mundo de Harry Potter, creado por la escritora británica, J. K. Rowling, que muere en el sexto libro de la saga; Harry Potter y el Príncipe Mestizo. De hecho, lo hace de una manera trágica a manos de otro de los personajes vitales de la saga; Severus Snape. Seguro que más de uno se quedó helado cuando llegó a esas líneas del libro.
Quien se haya leído El Hobbit, de J. R. R. Tolkien, o quien haya visto las películas basadas en el libro, sabrá que un grupo de enanos liderados por Thorin Escudo de Roble, viajan desde La Comarca hasta Erebor, para recuperar la tierra ancestral de los enanos, ahora en manos del temible dragón Smaug. Pues bien, Thorin, el líder del grupo, es mortalmente herido en la batalla de los cinco ejércitos, pero si con ello no tuviésemos suficiente, sus dos sobrinos, Kíli y Fíli, también mueren protegiendo a su tío, provocando que la dinastía de Thror, el famoso rey enano, acabe de forma abrupta.
Si mencionamos un pijama a rayas, seguro que ya sabéis a lo que nos estamos refiriendo. En el año 2007, el autor irlandés John Boyne publicaba su novela El niño con el pijama de rayas. Una historia trágica que nos sitúa en el contexto histórico del holocausto judío llevado a cabo por el régimen totalitario de Adolf Hitler. Nos pondremos en la piel de Bruno, hijo de un militar de alto rango nazi, el cual es destinado al campo de concentración de Auschwitz. Lo que allí les ocurre a Bruno y a su amigo, el pobre Shmuel, es una verdadera tragedia. Una novela que te llena de emoción, amargura, y que enseña, mediante un desenlace escalofriante, que aún tenemos mucho que aprender de la condición humana.
Para finalizar este pequeño recorrido por el drama, hablaremos de la muerte de dos personajes que quizás se encuentren entre los romances más famosos de la literatura universal. Nos referimos a la muerte de los protagonistas de Romeo y Julieta, obra maestra del dramaturgo inglés William Shakespeare. Los jóvenes de Verona acaban muriendo por amor, ya que uno no podía estar sin el otro. Una lástima, ya que de alguna forma, Shakespeare podría haberle dado un final feliz a la historia sin renunciar a los recursos trágicos que caracterizan la obra. Sin embargo, de haber sido así, quizás no se hubiese convertido en una de las tragedias literarias más aclamadas de todos los tiempos. Y además, de esta forma, el autor quiso destacar que no existe sentimiento más puro que el amor, capaz de hacer cualquier cosa por la otra persona. La vita è così.