- Novela ganadora del Premio Locus.
- Novik trabaja el mundo de las leyendas tradicionales.
Naomi Novik se labró una notable carrera dentro del mundo de la literatura fantástica con su genial serie de Temerario, una interesante mezcla de novela histórica y fantasía, donde los dragones existen y se utilizan en las Guerras Napoleónicas. Sin embargo, sus últimas novelas, Un cuento oscuro y Un mundo helado, han ido en otra dirección, logrando el aplauso de la crítica y premios tan importantes como el Nebula o el Locus.
Un mundo helado es capaz de llevarnos a nuestra infancia, a la época en que disfrutábamos de cuentos como Rumpelstiltskin -relato que tiene mucho que ver con la novela-, con un gran sentido de la maravilla y recuperación de la tradición oral; pero, al mismo tiempo, la narración es más compleja y llena de capas, de detalles y mensajes actuales que hacen del libro un ejercicio de estilo de lo más sugerente.
La historia nos lleva a algún lugar de la Rusia de los primeros zares, en lo más remoto de sus tierras. Un lugar rodeado por bosques interminables y en los que la gente trata cada año de sobrevivir al invierno. Pero los inviernos son cada vez más duros, y a través de la nieve aparecen unos seres, los staryks, portadores del frío y obsesionados con el oro.
Miryem es la hija pequeña de una familia judía que trata de sobrevivir en medio de esta situación. Su padre es un prestamista muy poco dotado, incapaz de cobrar sus deudas, y, cuando su madre cae enferma, es ella quien toma el papel de cobradora de deudas, descubriendo que se le da realmente bien.
Su relación con el oro llamará la atención de los stayks, y desencadenará una serie de acontecimientos que afectarán desde a una pequeña familia pobre y maltratada, hasta a la corte de los propios zares y el destino de toda Rusia. La narración se hace desde varios puntos de vista, casi todos ellos mujeres, de muy distintos orígenes sociales.
Un mundo helado se lee en un suspiro, pese a sus más de 500 páginas. Novik recrea con facilidad el ambiente de leyenda tradicional, en el que su ascendencia judía y lituana debe haber sido toda una influencia, sin dejar de lado una manera de narrar completamente moderna. Un libro entretenido y que se disfruta con facilidad, ideal para aquellos amantes de la literatura fantástica o de los cuentos tradicionales, sin rango de edad definido.
Naomi Novik
Un mundo helado