- Nuevas curiosidades e historias de famosos autores.
- Stephen King, Dickens, Doyle, H. P Lovecraft…
No es que por ser escritor tengan que pasarte cosas interesantes, o que tu vida esté llena de anécdotas, pero lo cierto es que no podemos evitar encontrar historias relacionadas con autores que nos llaman poderosamente la atención. Si quieres saber un poco más de estos creadores, aquí os dejamos una nueva entrega de nuestras divertidas, e interesantes, anécdotas de escritores.
La vida de H. P. Lovecraft está llena de curiosidades, pero la que hoy os traemos sucedió tras su muerte. Lovecraft no tuvo una lápida propia hasta 1977, gracias al trabajo de un grupo de seguidores del autor de Providence. ¿La razón? En su día, 1937, fue enterrado en el mausoleo de su familia.
Arthur Conan Doyle se quedaría asombrado hoy en día al saber que una de las más famosas frases de Sherlock Holmes es «Elemental, querido Watson», sobre todo porque él nunca llegó a escribir esas palabras. En ninguno de los relatos de Doyle aparece, aunque sí que hay alguna mención a «Exacto, querido Watson». Se cree que la famosa frase nació en el teatro, haciéndose muy popular entre los actores y dramaturgos para dar énfasis a los descubrimientos del detective.
Ernest Hemingway fue uno de los grandes referentes de la literatura mundial. En su día, también destacó por su carácter anárquico y su rebeldía natural. Pero pocos saben que el autor estadounidense trató de unirse al KGB como espía bajo el nombre clave de Argos, durante los años 40. El servicio secreto soviético decidió prescindir de sus servicios al ver que era incapaz de entregarles información significativa, y que, posiblemente, se tomaba el espionaje como un juego arriesgado.
T. S. Eliot fue uno de los más grandes poetas del siglo XX, conocido por obras tan complejas y oscuras como La tierra baldía, siendo ganador del Premio Nobel de Literatura en 1948. Además, fue un crítico implacable y un editor formidable. Resulta curioso que este pilar de la literatura, mientras trabajaba como editor en Faber, recibiera a sus autores poniéndoles cojines pedorros en la silla y ofreciéndoles cigarrillos explosivos.
Charles Dickens pasó a la historia por su gran descripción de la dura vida de la Inglaterra victoriana. Mucha gente piensa que lo hizo desde una perspectiva acomodada, pero en realidad Dickens pasó por muchas penurias en su infancia. Su padre era un derrochador que acabó en la cárcel -donde se mudó su familia-, y acabó trabajando a los 12 años para poder devolver las deudas de su progenitor. Así que, cuando Dickens escribió Oliver Twist, no hablaba de oídas.