- Se hallaron los textos en 2018.
- Verán la luz a finales de 2019.
Marcel Proust es uno de los grandes autores de la literatura universal, mundialmente conocido por su obra En busca del tiempo perdido, una ordalía magnífica de tamaño descomunal ante la cual no cabe otra opción que rendirse ante su genio o bien acatar la hercúlea tarea de terminar su lectura. Pero, en el caso de que quieras probar su obra menos ciclópea, se agradece la labor de descubrimiento realizada por un editor francés.
Estamos hablando de Bernard de Fallois, uno de los grandes expertos en la obra de Proust -y recientemente fallecido-, el cual descubrió nueve textos inéditos del autor francés. No era la primera vez que este editor, responsable de Éditions de Fallois, descubría material inédito de Proust, ya que en 1952 halló una novela desconocida y que fue publicada por Gallimard.
En esta ocasión estamos hablando de nueve relatos que, en principio, iban a ser publicados en la antología Los placeres y los días, su primer libro en ver la luz cuando contaba con apenas veinte años. Nadie sabe la razón por la cual Proust -o tal vez su editor- decidió eliminar estos textos del volumen definitivo, pero lo cierto es que han permanecido en el olvido hasta hace poco.
Tras una ardua labor de edición, estos cuentos serán publicados a finales de 2019 por la editorial Éditions de Fallois, bajo el título de El corresponsal misterioso y otros relatos sin publicar, un libro breve -para ser de Proust-, de apenas 180 páginas y que incluirá facsímiles de las páginas originales del autor francés.
De nuevo, y pese a la importancia de Proust, hay que hacerse la misma pregunta que surge cada vez que se publican obras inéditas de un autor muerto. ¿Por qué quitó Proust esos cuentos de su antología? ¿Por qué no las volvió a recuperar? Si él mismo pensaba que no eran valiosos o dignos, ¿para qué exponerlos de manera comercial? Puede que para el estudio de su obra tenga sentido disponer de ellos, pero ¿acaso para algo más? Un debate que sigue en pie, y que seguirá mientas las editoriales sigan practicando este tipo de publicación póstuma.
Marcel Proust