- Es una iniciativa experimental.
- Fomenta una aproximación diferente a los libros.
Existen varios modos de ordenar una biblioteca, aunque la mayoría, por no decir todos ellos, coinciden en aplicar una serie de estrictas normas sobre autores, títulos y materias. Está claro que, si hablamos de grandes colecciones, es muy complicado encontrar algo sin estas reglas que nos indican dónde se halla el libro que buscamos. Pero en Brooklyn han decidido saltarse estas normas y jugar con los lectores de una manera completamente diferente.
Estamos hablando de la Biblioteca de Libros Ordenados de Nueva York, una iniciativa que busca sacar a los típicos usuarios de su zona de confort y fomentar el pensamiento lateral en aquellos que visitan sus instalaciones. El creador de esta biblioteca, Dev Aujla, quiere que la gente vaya más allá de los géneros en sus búsquedas y lecturas.
Para eso, han recurrido a un método de lo más curioso, como es replicar las bibliotecas personales de gente famosa por su creatividad. Existen copias de estos libros en la biblioteca y los visitantes pueden crear colecciones de 3 a 5 libros dentro de estas bibliotecas personales. En realidad, los usuarios no saben qué van a encontrar cuando entran en una sala, por lo que es imposible que acudan con un plan de lo que van a hacer o leer.
El resultado es de lo más curioso, sobre todo por las colecciones que crean los propios lectores. Las hay que han reunido libros sobre la arquitectura de Nueva York y la de Atenas usando libros de Virginia Woolf, y otras que usan directamente las cubiertas de los libros para crear algo único, por ejemplo, usando aquellos libros que están ilustrados con el tema del desayuno. También hay por temas extraños, como Libros para justificar comportamientos asquerosos, que incluye libros como La fuente, de Ayn Rand o Innovadores, de Walter Isaacson.
Sin duda, es una manera de potenciar el pensamiento lateral y descubrir conexiones que parecen, en un primer momento, muy extrañas, pero que luego se muestran muy interesantes. La relación entre libros que han sido escogidos por alguien especial puede parecer invisible hasta que le dedicamos el tiempo suficiente. Extrapolar colecciones a partir de ahí, es maravilloso.
Como ejemplo impresionante de una biblioteca personal diferente, habría que hablar de la del autor portugués Fernando Pessoa, famoso por sus heterónimos -distintas personalidades que escribían sus obras-. Pues bien, la biblioteca de Pessoa era compartida entre estos heterónimos, hasta tal punto que en sus páginas podemos encontrar las notas que se dejaban entre ellos.
Vía: Bookmarks