- Se ha logrado trazar el origen a través de la historia.
- El sistema ATU permite clasificar y comparar relatos de diferentes culturas.
Existen miles de cuentos infantiles tradicionales repartidos por todo el mundo. Aunque parezca increíble, si se analizan bien, lo cierto es que muchos de ellos comparten las mismas características básicas, y, en resumen, pueden ser clasificados juntos. De hecho, existe un sistema, el ATU, que permite a los investigadores comparar y ordenar los relatos que se estudian en culturas muy diferentes.
La idea es comparar el mensaje y la imaginería que presentan los relatos. El ejemplo que nos ocupa hoy es Jack y las habichuelas mágicas, que en la clasificación ATU está bajo el epígrafe 328: Adversarios sobrenaturales. Esta historia tiene su origen en otro gran subgénero, el de los tesoros guardados por gigantes.
ATU le había seguido el rastro a esta historia hasta 1870, la versión más famosa fue impresa en Londres en 1734, bajo el título de Jack Spriggins and the Enchanted Beans, que parece haber sido la que sirvió para fijar en la cultura popular esta historia popular. De hecho, se le ha atribuido a otros grandes antologistas, como a Hans Christian Andersen, de manera errónea.
Lo cierto es que la historia es muy anterior. Recientes estudios sobre este relato, en el que un joven consigue unas habichuelas mágicas para robar y derrotar a un malvado gigante, va mucho más atrás, y escapa al origen inglés que muchos daban por hecho. Varios académicos han realizado un complejo estudio lingüístico, investigando cuentos tradicionales con técnicas similares a cómo los biólogos trazan genealogías.
De una manera sencilla, los investigadores usaron los arquetipos presentes en las historias como planos, comparando personajes, argumentos y escenarios -entre otros elementos-, viajando cada vez más atrás en el tiempo.
En el caso de Jack y las habichuelas mágicas, el relato llega hasta el idioma proto-indoeuropeo, la base de casi todos los idiomas que se hablan hoy día en Europa. No se puede rastrear más atrás. Pues bien, allí han encontrado indicios de una versión primigenia del cuento convirtiéndose en uno de los relatos más antiguos de la cultura europea, con casi 5.000 años de antigüedad.
Este descubrimiento nos proporciona una visión muy interesante de la literatura en el pasado, donde la oralidad era dominante, al saber que las historias persistieron incluso más allá del proto-indoeuropeo, con el propósito de entretener y educar a los niños, hasta llegar a nuestra época.
Vía: The Vintage News