- Requerirá de toda tu concentración y habilidades.
- Hay una serie de requisitos previos.
La autora Meg Elison, ganadora de premios como el Philip K. Dick, se embarcó en una aventura inusual, la escritura de una novela en solo 10 días. No es algo fácil y habría que discutir si es necesario, pero lo cierto es que, además de un desafío, puede ser la solución para aquellos autores que dejan pasar semanas y semanas, meses o incluso años antes de terminar sus manuscritos.
Lo primero que apunta Elison es que hay que tener experiencia como escritor. Si apenas has trabajado unos cuentos o nunca has terminado una novela, te será más complicado. Hay que tener integrado el hábito diario de la escritura. También hay que entender que esos diez días que vamos a usar van a ser diferentes de nuestra vida diaria. Hay que poder escapar de la rutina habitual, de nuestro mundo. La mayoría de la gente no puede escaparse más de una semana.
Otro consejo: deja tu casa si puedes. Ve a visitar a la familia, a un amigo, usa una cabaña, una casa de campo, una habitación de hotel, lo que sea. No es obligatorio que te cueste dinero, de hecho, sería mejor que no. Eso sí, si vas a convivir con más gente, deja claro a lo que vas, es decir, a escribir como un poseso. Pon los límites a tu interacción: comerás con otras personas a ciertas horas, darás un paseo… pero siempre después de haber escrito. Marca por lo menos ocho horas de trabajo.
En ese tiempo tienes que sacar el máximo rendimiento. Elison no aconseja ir a escribir a sitios públicos. Las bibliotecas y cafeterías están llenas de distracciones y las sillas no están pensadas para que alguien pase varios días enteros escribiendo sin parar en un portátil. Escribe en una casa o una oficina, y ten a mano algo de comer y todas las herramientas que necesites para la escritura. Ponte una alarma y no abandones la tarea hasta que suene.
Llegados al final de la jornada, para. Pero para del todo. Quítate la novela de la cabeza y haz algo diferente. Lo mejor es una actividad física suave, como dar un largo paseo, o nadar un rato. Algo que te permita descomprimir el cerebro poco a poco. Cuídate la espalda, estira, practica tu respiración, escucha música… y luego ya más tranquilo reúnete con más gente.
Por si te lo pensabas: nada de Internet. Desconecta las redes sociales, el WiFi del portátil, esconde el teléfono y procura concentrarte solo en el manuscrito que estás escribiendo. Las continuas distracciones de la era global te van a impedir trabajar al ritmo que necesitas. Deja claro a tus amigos que no vas a recibir llamadas o contestar mensajes durante las 8 horas de escritura.
Prepara el manuscrito. Es decir, todos los datos que vas a necesitar, incluyendo escaletas, descripción de personajes, datos, documentación… ten en cuenta que no vas a tener Internet para comprobar detalles. Es mejor que sigas adelante con una nota al margen y lo revises una vez hayas terminado que conectarte un rato. Todos sabemos lo que pasaría si lo haces.
Todo esto es complicado de hacer sin ayuda. Bien de amigos o de la familia. Escribir una novela ya es duro, pero comprimir el proceso a 10 días, a una media de unas 10.000 palabras por jornada, exige un precio tanto físico como mental que muy pocos pueden pagar. Eso sí, la experiencia promete ser única.
Vía: LitHub