- Amazon presenta una nefasta selección basada en algoritmos.
- Los asistentes virtuales no sirven para vender libros.
La tecnología mejora de un día para otro. Antes costaba averiguar si un libro estaba descatalogado y ahora una sencilla consulta web nos dice hasta en qué librería queremos comprarlo, eso si no queremos pasar por la sencillez de una compra online. Pero a veces esta tecnología no acaba de encajar como debería, como es el caso de los algoritmos usados por Amazon y la falta de eficacia de los asistentes de voz.
Empecemos por Amazon. Siempre se ha dicho que uno de sus mayores aciertos era el uso de algoritmos para recomendar productos a sus clientes. Estos algoritmos se alimentan de nuestro historial de compras y visitas a productos, pero también de información estadística respecto a nuestra edad, sexo y un montón de otras variables.
Como Amazon vende casi de todo, no es difícil encontrar libros de dudosa reputación. Hay un montón de libros en contra de las vacunas, a favor de la Tierra plana, y otro montón de conspiraciones y negacionismos. Pues bien, dejando a un lado las consideraciones éticas de vender estos libros, el problema llega cuando los algoritmos deciden que son precisamente esos los libros que debe recomendar con más intensidad.
Sí, en Amazon es más fácil que se nos recomiende un libro antivacunas en la sección de epidemiología que un ensayo escrito por un experto en el tema. ¿Por qué? Pues porque los algoritmos están ahí tratando de colarnos lo que ellos piensan que nos va a interesar. No hay nadie que se ponga a revisar los resultados a menos que las quejas empiecen a ser numerosas.
Pero hay más tecnologías que no están funcionando bien. Los asistentes virtuales se están haciendo muy populares. Siri, Cortana o Alexa son una realidad y parece que están aquí para quedarse. Estos bots siempre están atentos y se están convirtiendo en los mayordomos de muchas personas, que los usan para comprar directamente en tiendas online.
¿Cuál es el problema? Bien, resulta que los asistentes virtuales no andan muy finos a la hora de buscar libros. De hecho, se estima que los resultados son tan malos que la industria editorial podría llegar a perder 16 millones de euros por sus errores.
En cuanto a la fiabilidad, parece que Google Assistant y Cortana son los que mejor funcionan cuando se les pide que busquen un libro en concreto, seguidos de Alexa y Bixby. En último lugar se sitúa uno de los asistentes más usados, Siri, disponible para dispositivos Apple.
Así pues, nos encontramos ante una situación donde algoritmos seleccionan libros terribles para darnos a elegir, al mismo tiempo que si pedimos de viva voz una novela, es más que probable que nuestro asistente virtual no lo encuentre. Si acaban cruzando bien los dos sistemas, puede que al final acabemos comprando siempre lo que los algoritmos han decidido que es popular y los asistentes encuentran sin problemas, creando un círculo vicioso.