- Vuelve el comisario Adamsberg.
- La autora francesa sigue complaciendo a sus seguidores.
La autora francesa Fred Vargas es, posiblemente, la autora de novela criminal con el estilo más personal y reconocible de la actualidad. Es imposible no caer rendido a los pies de su amplia erudición, dominio del lenguaje y habilidad para crear personajes únicos y diferentes al resto. Sí, Vargas crea y moldea de una manera impostada: sus historias no son realistas, sus protagonistas se alejan cada vez más de la realidad; pero nada de eso importa si has entrado en su mundo lleno de brumas.
Cuando sale la reclusa vuelve al comisario Adamsberg, quien parecía haber encontrado su lugar en las lejanas costas de Islandia. Un caso de asesinato ha perturbado el frágil ecosistema de la brigada número 13 de París y su presencia resulta necesaria para encontrar al culpable.
Adamsberg se muestra más brumoso que nunca, lleno de dudas y distraído, sin demasiado interés por el asesinato en cuestión, quizá por su naturaleza mundana. Pero al mismo tiempo, algo llama su atención, una serie de muertes de ancianos atribuidas a la picadura de araña reclusa.
¿Es un caso de asesinato? No. ¿Acaso es algo imposible? Solo es muy extraño. ¿Debe encargarse un comisario de París? Los hechos han pasado en Nimes. ¿Está dispuesta la brigada a ayudar a Adamsberg? No está nada claro. Pero lo cierto es que, como comenta en libros anteriores, no puedes dejar de rascarte cuando algo te pica. Y la historia de las arañas es una picazón a la que no se puede sustraer.
Vargas mantiene el estilo y el lenguaje que la ha hecho famosa. Las descripciones inusuales, los diálogos imposibles… la acumulación del bagaje de los anteriores libros hace que esta sea una novela a la que se hace complicado entrar sin haber leído toda la serie Adamsberg. Hay que conocer a Danglard, a Rettancourt… la retahíla de secundarios es tan necesaria como la curiosa manera de usar la mitología y la historia que tiene la autora francesa.
Cuando sale la reclusa es otra excelente novela de Fred Vargas, que hará las delicias de sus seguidores, aunque quizá quede la sensación de asistir a más de lo mismo. ¿Es posible hartarse de lo bueno? Solo si sabes que podría ser mucho mejor. Más que recomendable.
Fred Vargas