- Este misterioso texto permanecía ininteligible.
- La IA ha aportado nuevos datos muy interesantes.
Desde su descubrimiento, el Manuscrito Voynich ha sido fuente de interés y polémica. ¿Se trata de un libro escrito e ilustrado para transmitir algún tipo de conocimiento o es un galimatías sin sentido? Durante décadas, muchos académicos se han aplicado a fondo para averiguar sus secretos sin demasiado éxito. Sin embargo, la solución parece haber llegado desde un campo que nadie esperaba, el desarrollo de la Inteligencia Artificial. ¿Será este el fin del misterio del Manuscrito Voynich? Todavía está por ver.
Investigadores de la Universidad de Alberta decidieron probar con el Manuscrito Voynich para probar una técnica llamada descifrado algorítmico, con la intención de romper el cifrado que se escondía tras este misterioso volumen.
No ha sido un trabajo fácil. Antes, el proceso utilizado había logrado un alto porcentaje de éxito acertando con el lenguaje de origen de diversos textos. Los investigadores confiaban en que al suministrar el texto Voynich, les diera pistas sobre el idioma.
En principio pensaban que era árabe, pero la IA ofreció un resultado diferente al que esperaban, ya que su hipótesis apuntaba al hebreo como base del texto, ofreciendo algunas alternativas más, pero que eran poco o nada utilizadas en la Edad Media.
El hebreo encajaría con la manera de escribir, sin vocales, reordenando las letras y jugando con el cifrado, algo que no es raro en algunos textos medievales. Sin embargo, no ha sido igual de satisfactorio el intento directo de traducción de la IA, ya que parece que las palabras y las frases no tienen demasiado sentido.
Más de un 80% de las palabras encontradas pueden encontrarse en un diccionario de hebreo, pero lo cierto es que el equipo canadiense es experto en inteligencia artificial, pero carece de cualquier tipo de experiencia con el hebreo, y mucho menos el hebreo medieval.
Pese a que entienden que sí que han acertado, muchas palabras entrarían dentro de la relación con un libro sobre botánica o medicina, no saben cómo adentrarse en estos resultados. El siguiente paso debe ser el de refinar los resultados y que otro equipo, esta vez de filólogos e historiadores, confirme o desmienta el trabajo de la inteligencia artificial.
Vía: Science Alert