Lecturalia Blog: reseñas, noticias literarias y libro electrónico 112.545 libros, 24.650 autores y 91.917 usuarios registrados

¿Qué se leía a bordo del buque de Barba Negra?

AutorAlfredo Álamo el 16 de enero de 2018 en Noticias
  • El trabajo arqueológico ha dado resultados sorprendentes.
  • También había libros para los piratas.

Pirata con barba larga y sombrero en un barco.

El Venganza de la Reina Ana es un buque grabado a fuego en la historia de la piratería. Su nombre hacía temblar a todos aquellos que se cruzaban en su camino, y su capitán era, posiblemente, uno de los más famosos de todos los tiempos: el temible Barbanegra. En 1996 se descubrieron los restos de este pecio en la costa de Carolina del Norte, donde se hundió en 1718. Ahora, los arqueólogos encargados de su estudio han hecho un anuncio sorprendente: han encontrado restos de libros.

No nos llevemos tampoco a engaño. No es que hayan encontrado una biblioteca en el camarote del capitán, sino restos de papel dentro de uno de los cañones del navío. Era costumbre en la época sellar la carga de pólvora con papeles, así que quizá no es de extrañar que, en un barco pirata, el destino final de un libro fuera este.

Sin embargo, el libro en cuestión ha sido identificado. Se trata de un ejemplar de Viaje a los Mares del Sur y alrededor del mundo, escrito en 1712 por el capitán Edward Cooke. Un libro de viajes marineros de gran éxito en su época.

Según los investigadores:

El registro histórico contiene numerosas referencias sobre la existencia de libros a bordo de los barcos que integraban la flotilla de Barbanegra, pero no se mencionan títulos concretos; este hallazgo es la primera evidencia arqueológica de su presencia en el Venganza de la Reina Ana.

El libro de Cooke, que describe sus viajes alrededor de Sudamérica, parece una buena lectura para los momentos de calma en la vida de un pirata. Además, dicho libro incluye una descripción del rescate de Alexander Selkirk de una isla del Pacífico Sur, que luego inspiraría a Daniel Defoe para escribir Robinson Crusoe en 1719.

En cualquier caso, esto no quiere decir que Barbanegra fuera un gran lector, ya que el destino final de sus páginas no indica un gran amor por los libros, pero sí que nos dice que por el barco circulaban libros, y quizá fuera este el uso que le daban los piratas cuando no les acababan de gustar o bien cuando la necesidad era mayor que el amor por la literatura.

Vía: The Guardian

Alfredo Álamo

(Valencia, 1975) escribe bordeando territorios fronterizos, entre sombras y engranajes, siempre en terreno de sueños que a veces se convierten en pesadillas. Actualmente es el Coordinador de la red social Lecturalia al mismo tiempo que sigue su carrera literaria.

No se puede comentar esta entrada