- La capital francesa ofrece numerosos rincones literarios.
- Proust, Víctor Hugo o Dumas permanecen en sus calles.
París es una de las ciudades más visitadas del mundo, quizá la que más, y tanto sus calles como sus monumentos aparecen en cientos de novelas. Hoy, sin embargo, os vamos a hablar de algunos de sus rincones menos conocidos, a través de los cuales podréis encontrar pequeños detalles y homenajes a alguno de los escritores parisinos más conocidos. Si sois unos auténticos bibliófilos, no os podéis perder estas visitas si alguna vez visitáis París.
En distrito 16 de París se encuentra la Maison Balzac, un pequeño museo que muestra una serie de posesiones del autor que son capaces de trasladarnos a su época en un abrir y cerrar de ojos. Entre ellos destaca, por ejemplo, un cortaplumas que le regaló su esposa, Madame Hanska, para que cuidara la pluma con la que escribía, o un bastón con su escudo de armas grabado.
Pero el lugar de honor del museo es la cafetera de Balzac, una pieza de porcelana personalizada con sus iniciales que acompañó más de una vez al autor francés en sus maratones de escritura, muchas de la cuales superaban las 15 horas.
Los seguidores de Alejandro Dumas no pueden perderse el castillo que construyó en las afueras de París, el Chateu de Monte-Cristo -llamado así porque lo compró con el dinero que consiguió con las ventas de El conde de Montecristo-. Se llega en un rápido viaje en tren y merece la pena verlo. Fue diseñado por el propio Dumas y combina varios estilos arquitectónicos. El lujo, la fantasía y las ganas de vivir la vida en su máxima expresión es una constante en este castillo. Tal y como el propio Dumas escribió: “Cuando tienes el honor de llevar el apellido Dumas vives la vida por todo lo alto, y no te niegas a ti mismo ningún placer”.
Para equilibrar la balanza de Dumas y su pasión, nos dirigiremos luego al tercer distrito de París, donde podemos encontrar una recreación del pequeño apartamento de Marcel Proust en el Museo Carnavelet. Es un lugar arrancado al tiempo donde nos muestran algunos de los objetos de Proust, de entre los que destacan su escritorio, una chaise-longue donde se abandonaba a la lectura, su agenda e instrumentos de escritura. Un estudio dedicado a la pasión de Proust, la escritura solitaria.
En el cuarto distrito nos espera la Maison Hugo, el la Place des Vosges, lugar donde Víctor Hugo escribió algunas de sus obras maestras. De hecho, todavía está allí el escritorio donde Hugo escribió -siempre de pie- las 1.900 páginas de Los Miserables. También podemos encontrar una reproducción de su estudio y dormitorio.
París alberga muchos más secretos y homenajes, por supuesto. ¿Conocéis alguno más? Os esperamos, como siempre, en los comentarios.
Vía: LitHub