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Los códigos secretos de Edgar Allan Poe que crearon la criptografía

AutorAlfredo Álamo el 20 de noviembre de 2017 en Divulgación
  • Su cuento El escarabajo de oro todavía esconde secretos.
  • Poe era un auténtico fanático de los mensajes ocultos.

Ilustración original de El escarabajo de oro.

En 1839, Edgar Allan Poe hizo un llamamiento al público. Quería que le mandaran mensajes cifrados desde todas partes de los Estados Unidos, afirmando que era capaz de descifrarlos todos sin problemas. En una época en la que este tipo de problemas parecía irresoluble sin la clave necesaria, Poe fue un pionero a la hora de romper códigos cifrados de sustitución, en los que unas letras se sustituían por otras de manera aparentemente aleatoria.

Los lectores de Poe respondieron enseguida, mandando cientos de mensajes que el autor de Baltimore descifró uno tras otro, todos excepto uno que resultó ser una jerigonza que no albergaba código alguno. Esta pasión por los cifrados y las claves secretas acabó por convertirse en el centro de uno de los cuentos más importantes de Poe en su época: El escarabajo de oro.

En esta historia de aventuras, algo alejada de los ambientes góticos y macabros del resto de su obra, Poe nos lleva a una isla exótica donde un explorador descubre una nueva especie de escarabajo. Al mismo tiempo, su sirviente encuentra un trozo de papel con un mensaje escrito en código que indicaba la localización del tesoro perdido del Capitán Kidd.

El escarabajo de oro fue la primera obra de ficción en mostrar este tipo de mensajes. De hecho, la palabra criptografía fue inventada por el propio Poe y fue usada por primera vez en el relato. Sin duda, fue un relato que influyó de manera notable a varias generaciones posteriores de analistas y matemáticos, así como otros autores obsesionados con los códigos secretos.

Hoy en día El escarabajo de oro ha quedado relegado dentro de la obra de Poe tras otros títulos más en su línea habitual, como El cuervo, Los crímenes de la calle Morgue o El corazón delator, pero, en su día, supuso su mayor éxito. Con este relato ganó un premio de 100 dólares y su obra pudo entrar en el circuito de lecturas que, en aquella época, suponía una importante fuente de ingresos.

Pero hay más. Además de ese código secreto que llevaba al tesoro de Kidd, siempre se ha especulado sobre la peculiar manera de hablar de Jupiter, el criado negro que aparece en la historia. Se creía que su dialecto era una manera de ridiculizar o acotar su acento y problemas para hablar inglés, pero muchos creen ahora que hay un código secreto dentro de sus palabras más extrañas. Un acertijo dentro de otro acertijo que todavía permanece a la espera de ser descifrado.

Vía: Book Riot

Alfredo Álamo

(Valencia, 1975) escribe bordeando territorios fronterizos, entre sombras y engranajes, siempre en terreno de sueños que a veces se convierten en pesadillas. Actualmente es el Coordinador de la red social Lecturalia al mismo tiempo que sigue su carrera literaria.

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