Alfredo Álamo
el 20 de octubre de 2017 en
Noticias
- El clásico de la ciencia ficción recibe una edición peculiar.
- ¿Te arriesgarías a acercar una llama?
Fahrenheit 451, la mítica novela de Ray Bradbury, es uno de los libros clásicos de la ciencia ficción y cuya proyección ha alcanzado al cine y la televisión. La historia de un futuro donde los libros están prohibidos y los bomberos son los encargados de quemar las pocas bibliotecas que quedan ocultas resultó impactante en su época… y todavía lo es hoy en día. Esta novela es un alegato en contra de la censura que respira amor por los libros en cada una de sus páginas.
Pero… ¿y si la única manera de leerlo fuera, precisamente, quemarlo?
Esta fantástica idea ha surgido del editor Charles Nypels Lab y el equipo de diseñadores gráficos de Super Terrain. El propio Nypels ha colgado un vídeo en Instagram, donde enseña un ejemplo de ciencia en acción. El papel, que está oscurecido y en el que no se puede leer nada, reacciona con la llama de un mechero, revelando el texto que hay debajo. Sin embargo, la página no se quema.
El truco está en que las páginas están hechas con un material ignífugo, que haría que los propios bomberos del libro no pudieran deshacerse de él. Como curiosidad, Bradbury llamó a la novela
Fahrenheit 451 porque pensaba que esa era la temperatura a la que ardía el papel,
aunque parece ser que en realidad se inflama a 480 -dependiendo de la densidad-. Y eso página a página, haría falta más calor para quemar un libro entero. En cualquier caso, es una licencia poética, y, después de todo, no vamos a probar en casa, ¿verdad?
Alfredo Álamo
(Valencia, 1975) escribe bordeando territorios fronterizos, entre sombras y engranajes, siempre en terreno de sueños que a veces se convierten en pesadillas. Actualmente es el Coordinador de la red social Lecturalia al mismo tiempo que sigue su carrera literaria.