- Trabajar contrarreloj no es nada bueno para un escritor.
- Hay trucos para evitar el estrés.
Escribir no es tarea fácil, sobre todo si el tiempo acaba por ser un problema. Todos tenemos esa sensación de que nos gustaría sacar algunos minutos todos los días para escribir un rato, pero el día sólo tiene 24 horas y, pese a la proverbial falta de sueño de los escritores, hay momentos en que nos puede parecer imposible. El estrés es uno de los principales problemas a los que se enfrenta la creatividad, ya no sólo por la falta de tiempo, sino porque, directamente, es capaz de matarla.
Así que lo mejor es poner en práctica algunos consejos diarios para evitar verse sobrepasado por las circunstancias. Por ejemplo, dejar de hacer las cosas corriendo. Sí, cuando ves que no te llegan las horas tiendes a moverte a toda velocidad, creyendo que así te va a dar tiempo, pero en realidad no ahorras más que segundos y la posibilidad de equivocarte, crece. Así que movimientos lentos, respiración adecuada y a trabajar.
Hay que saber priorizar las tareas. Es imposible dedicar toda tu atención a múltiples tareas sin que alguna quede mal parada. Así que elige cuáles son las más importantes del día y deja el resto del tiempo bien repartido entre otros proyectos, entre los que tendría que estar, por supuesto, el escribir. Elige bien lo que tiene que estar bien terminado y completo, seguro que lo agradecerás.
Sé positivo. Si empiezas a pensar que no te va a dar tiempo o que va a salir mal, incrementas las posibilidades de que así sea. Cuando tienes una fecha límite y esta se acerca, la presión va a tratar de desbordarte, pero tienes que calmarte y pensar que estás haciendo todo lo que puedes para que el trabajo salga bien. Es la única manera de repartir bien el tiempo y poder mirar desde arriba para contemplar todo el trabajo que has hecho y que te queda por hacer.
Pero nada de esto es posible si no te concentras de manera plena en el trabajo. Cero distracciones, nada de redes sociales, llamadas o paseítos constantes a la nevera. Entre tarea y tarea, perfecto, pero si te distraes y pierdes el ritmo -que no tiene que ser rápido, recordémoslo-, irás por detrás en lo que te habías marcado.
En el día de hoy todo parece ir demasiado deprisa. La tecnología nos permite ir al límite de nuestras posibilidades y parece que estemos desaprovechando esa oportunidad si levantamos el pie del acelerador. No, para escribir tenemos que tener la mente fresca, capaz de llevarnos a lugares maravillosos, algo que, si estamos estresados, es completamente imposible.