- Tras su publicación sucedió una tragedia casi similar.
- En su día la anunció como basada en hechos reales.
Edgar Allan Poe fue un gran maestro de lo misterioso y chocante. Muchos de sus relatos contienen giros inusuales y grandes sorpresas justo al final de la historia, pero pocos tan curiosos como el que se dio con su libro La narración de Arthur Gordon Pym, que apareció publicado en julio de 1838 y que marcó a más de una generación de autores posteriores.
Pongámonos en situación. La narración de Arthur Gordon Pym narra la lucha por la supervivencia del joven Arthur, a bordo del navío Grampus, que se ve en una situación terrible tras un accidente. A lo largo de su viaje se enfrentará al mar, pero también a un motín terrible y a un momento de canibalismo, especialmente crudo.
En la historia, cuando la tripulación ya lo ve todo muy negro para sobrevivir, deciden jugarse a la pajita más corta a quién se van a comer. El perdedor es un tal Richard Parker, al cual cortan cabeza, manos y pies y luego se lo comen. Esto es lo que les permite seguir vivos, al menos a algunos de ellos, hasta el rescate final.
Poe siempre dijo que se había inspirado en una historia real para La narración de Arthur Gordon Pym, aunque la crítica de la época le echó en cara que no era así. Lo más probable es que el autor americano cogiera noticias de aquí y de allá sobre naufragios y accidentes para inspirarse.
Pero a veces la realidad supera la ficción. En 1884, el yate Mignonette salió de un puerto inglés con intención de llegar a Australia. No era un yate especialmente preparado para trayectos tan largos, así que, tras sufrir el envite de una fuerte tormenta, quedó a la deriva. La situación empeoró cuando se quedaron sin provisiones.
Al parecer, un joven de 17 años cayó por la borda y bebió agua salada. Lo rescataron, pero su muerte parecía cercana, así que decidieron matarlo y beberse su sangre mientras estuviera fresca. Los otros tres tripulantes lo devoraron, tal y como describió Poe en su libro.
Pero es no es la extraña coincidencia que asombró al mundo. El nombre del joven era Richard Parker. El mismo que usó Poe para La narración de Arthur Gordon Pym.