- Lovecraft escribió mucho sobre el arte literario.
- Sus consejos sirven para cualquiera que empiece a narrar.
H. P. Lovecraft pasó más tiempo escribiendo cartas y notas que maquinando sus propias novelas. Su obra está llena de referencias al arte de narrar y la naturaleza del horror, siendo tan puntilloso como todo aquel que se haya acercado alguna vez a su figura puede suponer. Así pues, no es de extrañar que encontremos algunos consejos básicos sobre cómo escribir una historia, y aunque han sido analizados por autores de terror y fantástico, lo cierto es que cualquiera puede aprovecharlos.
Prepara una sinopsis o escaleta en el orden lineal de su aparición, no en el orden en el que serán narrados.
Aquí Lovecraft aboga por tener muy claro el principio y el final de la historia y lo que vamos a mostrar. La magia de la narración es saber qué enseñar y qué ocultar a medida que escribimos. Está claro que era un escritor de mapa y no de brújula.
Prepara una segunda sinopsis o escaleta, esta vez en el orden narrativo, con todo el detalle y profundidad que puedas, con notas sobre cambios de perspectiva, puntos de inflexión y clímax.
Este consejo se explica solo, la verdad. Llegados a este punto tenemos la mitad del trabajo hecho. También hay que decir que Lovecraft era un amante de las historias cortas, quizá más fáciles de preparar así que una novela.
Escribe la historia, con rapidez, de manera fluida, sin ser demasiado crítico, siguiendo la segunda sinopsis. Cambia sucesos o incidentes allá donde el proceso narrativo te lo pida y no te sientas atado por ningún diseño previo.
Esto es interesante. Pese pensar que hay que tenerlo todo bien atado y preparado, a veces las historias parecen cobrar vida propia cuando las escribes. No hay que resistirse a este impulso, aunque cambie lo que teníamos planeado.
Revisa todo el texto, prestando atención al vocabulario, la sintaxis, el ritmo de la prosa, la proporción de las partes, el tono empleado y la efectividad de las transiciones.
Este es un apartado que muchos autores actuales deciden saltarse por ser la parte más aburrida de la escritura. A nadie le apetece pasarse horas revisando detalles, pero al final se nota mucho más de lo que parece.
Prepara una copia final bien aseada, sin dudar en el caso de que haya que añadir toques finales cuando todo parecía en orden.
Esa última lectura es muy importante. Desde que tenemos ordenadores, el hecho de “pasar a limpio” se ha perdido, pero suponía volver a leer el texto con absoluto detalle. Momento ideal para aplicar los últimos retoques.
Lovecraft era un perfeccionista, así que es fácil imaginarlo trabajando durante horas para dejar bien una sola frase. Quizá hoy en día esa pasión por el detalle se esté perdiendo, pero lo cierto es que todo escritor necesita una dosis de obsesión por la perfección para terminar un texto y sentirse orgulloso del trabajo realizado.
Vía: Open Culture