- La Torre Tesla es el nuevo libro de Rubén Azorín escrito con su hermano Juan Vicente.
- Lo entrevistamos para que nos cuente un poco más de él.
Nikola Tesla está considerado como una de las mentes más destacadas en la historia de la ciencia. Su trabajo como inventor, ingeniero eléctrico y físico sirvió para sentar las bases de los motores eléctricos modernos contribuyendo decisivamente a la Segunda Revolución Industrial. No es de extrañar por tanto que las ideas de este inventor de origen croata hayan llamado a la puerta de la mente de muchos autores apasionados de la ciencia ficción, como por ejemplo Rubén Azorín. Si eres aficionado a este género es posible que conozcas sus otras tres obras: Luna APOGEO, Nuevo Mundo y Cosmódromo.
Hemos podido conversar con este licenciado en Económicas e Informática y socio fundador de una agencia de marketing online y de un estudio de videojuegos. Vuelve otra vez a plasmar sus inquietudes en un libro inspirado por uno de los inventos del ingeniero croata: La Torre Tesla. Pero no lo hace solo sino en compañía de su hermano Juan Vicente. Ambos han jugado a encontrar lo desconocido en lo más sencillo, a buscar algo divertido en los tres pies del gato. Buscamos la forma de hilar la historia con una sólida documentación, las mejores palabras y un toque de humor. En este caso trabajamos con un libro de poemas de Tesla y traducirlos y conjugarlos con el argumento nos ha presentado un reto divertido e interesante.
La torre Tesla, también conocida como Torre Wardenclyffe, una torre-antena de comunicaciones construida a principios del siglo XX sirve como eje principal para la historia que protagoniza un detective privado, Halcón, y al que el caso que está investigando le lleva de regreso a la ciudad en la que trabajó como policía y donde no es bienvenido. Bueno, en realidad es la prolífica mente del inventor la que sirve como dicho eje ya que Tesla fue el científico que en un momento de auge del conocimiento humano, comparable al de la filosofía helénica, abrió con su genialidad nuevos hitos científicos. Descubrir que también tradujo unos poemas serbios nos dio la pista para urdir la trama de esta novela. La suya es una figura que invita a llevarnos a algo tremendamente fantástico, nos reconoce.
Los autores han presentado a su protagonista como alguien que sin saberlo, es un librepensador. Un simple detective de barrio que, con poco teatro, analiza todo lo que le rodea y no teme manifestar sus desavenencias a quien se le ponga por delante, aun sabiendo las consecuencias que pueden acarrearle. Al mismo tiempo es un tipo que no ceja en su investigación y que es capaz de conseguir resultados inverosímiles a base de voluntad y perseverancia.
Los hermanos Azorín tratan de que el lector disfrute con la historia, pero no sólo eso. Hay un intento de que éste al leer encontrase una perspectiva atractiva de una realidad posible y creíble. Me gustaría que bajo un enfoque de aventura descubriese alternativas que le hiciesen pensar en el mundo, en las personas y en las utopías.
Respecto sus anteriores obras como Luna: APOGEO el lector encontrará similitudes que Azorín describe como el intento por despertarle la curiosidad por el misterio que puede encerrar algo tan cercano como la luna o la energía. Su gusto por describir aspectos poco considerados de las realidades que nos rodean y que pueden ser muy interesantes al estudiarlos en profundidad. En cuanto a la principal diferencia es que está señalada la posibilidad de que esta novela pueda no ser una ficción.
Cualquier aficionado a la ciencia ficción conocerá la relación que hay entre ésta y y lo policíaco y el género negro, visto tantísimas veces en manifestaciones artísticas como la literatura y el cine. Lo encontraremos aquí, por esa determinación del ser humano que siempre anda buscando resolver misterios. Basta con asociar la incógnita que puede suscitar un crimen o una leyenda a cualquier enigma físico o metafísico que podamos plantearnos para empezar a novelar.
Azorín nos señala que son los maestros los que nos revelan nuestros senderos. No le falta razón y para él los suyos son ilustres escritores de los que se declara seguidor acérrimo como Isaac Asimov, Arthur C. Clark y Philip K. Dick (de este último nos destaca Sueñan los androides con ovejas eléctricas), que han tenido influencia en La Torre Tesla, novela de la que el autor no descarta una secuela.
Podemos decir que el lector encontrará en La Torre Tesla una historia capaz de transportarle a otra realidad pero que, como ocurre con la buena ciencia ficción, al final ésta no será tan diferente a la que vive diariamente.
La Torre Tesla