- Leer tiene efectos físicos que mejoran tu vida diaria.
- Además, claro, de aprender vocabulario.
Os lo hemos dicho varias veces, pero no nos cansamos. Leer es bueno, es sexy, es interesante y necesario. El que no lee, él se lo pierde. Pero lo cierto es que más allá de que nos guste leer, que sea una actividad entretenida y maravillosa, los lectores disfrutamos de una serie de beneficios para nuestra salud física y mental. Y es que leer nos ayuda mucho más de lo que en un principio podríamos pensar.
Ayuda a reducir los niveles de estrés. Es cierto, hay varios estudios al respecto, sobre todo uno de la Universidad de Sussex, en los que se ha comprobado que tras una actividad intensa y cargada de estrés, leer era una de las actividades que más ayudaba a la relajación. Eso quiere decir que encontrar 10 minutos de lectura en mitad de tu jornada puede ayudarte a pasar mucho mejor el día.
Aunque en el siglo XIX leer en la cama estaba considerado como una locura -cosas de quedarse dormido con la vela en una mano y el libro en la otra-, hoy en día podemos afirmar que ayuda a dormir mucho mejor. Eso sí, siempre que no uséis pantallas de móvil o tableta, cuya luz puede haceros dormir peor. Después de todo, si tienes insomnio por lo menos pasarás el rato mucho mejor.
Por si fuera poco, una vida lectora ayuda a ser más sociable y a tener más empatía por los demás. Varios estudios más de universidades como la de Buffalo o institutos de investigación sociológica, como la New School of Social Research, han llegado a conclusiones similares. Los lectores tienen una gran capacidad para conectar con los demás y sirven para mejorar nuestras relaciones sociales. La biblioterapia se está usando con éxito con personas con ciertos problemas para relacionarse.
Por si fuera poco, también se está analizando la posibilidad de que la lectura continuada ayuda a la memoria a largo plazo, mejorando el estado de salud de la gente mayor. Leer es bueno para tener el cerebro en marcha, sin importar la edad.
¿Qué os parece? ¿Con más ganas de leer? Eso es lo que hay que hacer, seguir leyendo y disfrutar de cada libro que caiga en nuestras manos. Nuestro cuerpo nos lo agradecerá.
Vía: Book Riot