- Antes era muy complicado volver a sacar novelas ya publicadas.
- El medio digital es versátil y fácil de utilizar.
Con el paso de los años, todo pequeño autor suele acumular una serie de libros que, por muchos y variopintos motivos, han quedado fuera del mercado editorial. Bien porque ya hayan pasado los años del contrato que firmó con la editorial, o bien porque dicha editorial haya desaparecido, lo cierto es que poco a poco se vuelven a recuperar los derechos de explotación de esos libros. Antes suponía una nueva vuelta a la odisea de editarlos, pero lo cierto es que los ebooks se han convertido en una manera genial de volver a darles vida.
Lo primero que te tienes que plantear es el objetivo que quieres darle a esas publicaciones. Habrá de todo, claro, igual hay historias que prefieres ver dormir el sueño de los justos, y otras que consideras amortizadas o parte de un ciclo ya terminado. Si crees que tienes entre manos una gran historia que fue maltratada con una tirada demasiado corta, quizá valga la pena que acudas de nuevo a una editorial en papel. En caso contrario, la opción digital es muy válida.
En mi caso, acababa de recuperar una serie de derechos, sobre una novela y un poemario. Los dos funcionaron relativamente bien en su día, pero son libros en los que no quería volver a invertir una gran carga de trabajo, ya que estoy en medio de otros proyectos. Así que, junto con unos cuentos que tenía por ahí, decidí experimentar.
Maquetar libros que ya han sido trabajados previamente por una editorial es sencillo. Han pasado una revisión y, si tienes suerte, incluso una edición en libro electrónico que puedes aprovechar para sacarlas adelante. Además, una pequeña corrección nunca está de más. Todo esto se puede hacer en una tarde con el programa de creación de ebooks Sigil, que, además, es gratuito. Hay muchos tutoriales en Internet para crear ebooks desde cero y no es nada complicado.
Así que me armé de valor y preparé los libros para sacarlos en ebook. Apenas un par de tardes invertidas, incluso rehaciendo una portada. Luego hay que elegir una plataforma. Amazon es la más grande, pero por el momento quería tener un mayor control sobre el producto y trastear a mi manera, por lo que elegí Lektu, una tienda online alternativa con muchas opciones de marketing.
Ahí he usado dos tipos de sistema a la hora de vender, con precio fijo y la modalidad de “paga si te gusta”. Es decir, para leer uno de los libros había que pagar sí o sí, pero el otro se puede descargar y leer, dejando la decisión de pagar al lector.
Decidí poner un precio mínimo, 1 euro, ya que mi objetivo en esta experiencia es hacer crecer la base de lectores que me conoce y aprender nuevos métodos de promoción. Son libros con los que ya he ganado anteriormente dinero, han funcionado y me he divertido con ellos, así que esta nueva vida no va buscando ganar dinero.
Quizá esta manera de marcar precios en una novela pueda devaluar el valor del resto, como si fueran libros de segunda mano luchando contra novedades, una diferencia que en el mercado digital apenas tiene sentido. La verdad es que supongo que si fuera algo habitual habría que replantearse el precio de los libros recuperados de esta forma, pero por el momento no parece que la industria editorial esté en peligro.
¿El resultado tras un par de semanas? Pues he ganado varias decenas de lectores y dinero para pagar una cena -ligera-, además de aprender a manejar un sistema nuevo. El siguiente paso será compararlo con la misma experiencia en Amazon, a ver qué tal. Por el momento es una sensación positiva, ya que libros que antes desaparecían casi para siempre ahora pueden estar accesibles a un clic de distancia.