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Este hombre lleva 8 años leyendo a niños indigentes

AutorAlfredo Álamo el 29 de marzo de 2017 en Noticias
  • Se trata de un proyecto para albergues en Estados Unidos.
  • Es un programa piloto que pretende llegar a todo el país.

Dos niños leyendo en el bosque.

Colbert Nembhard es bibliotecario, pero cuando deja su trabajo diario se acerca siempre a un albergue para gente sin hogar, el Crotona Inn, donde desde hace ocho años se preocupa de atender a los más pequeños de las más de treinta familias que suelen vivir allí de manera regular. Son familias que están pasando por malos momentos, y es un momento crucial en el que los niños pueden perder el tren educativo con mucha facilidad. Recoge los libros a partir de donaciones y luego se dedica a despertar el amor a los libros.

Es difícil crear un ambiente bibliotecario y atractivo cuando las cosas van mal y los niños ven que la situación no mejora, pero tanto Nembhard como muchos otros voluntarios se esfuerzan en ello. Para eso decoran las salas de lectura y procuran que sea allí donde se celebren cumpleaños, convirtiendo esas efímeras bibliotecas en pequeños refugios dentro de los refugios de verdad.

La iniciativa de este bibliotecario ha servido como modelo para un proyecto mucho más grande que ha llegado a implantarse poco a poco en toda la ciudad de Nueva York, que está desarrollando cada vez más un ambicioso plan para mejorar los niveles de lectura de todos sus ciudadanos, incluyendo a los más desfavorecidos.

A finales de 2016, la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos reconoció la labor del ayuntamiento con los sintecho -una relación hasta ahora muy criticada-, con el premio de Prácticas Ejemplares de Alfabetización por este proyecto. A día de hoy coordinan 30 albergues que reciben constantes donaciones por parte de particulares y editoriales.

Nembhard acude cada día y conoce a todos los niños por su nombre, pese a que es un continuo ir y venir de familias. Hay que conseguir que todos se sientan a gusto, seguros. Su intención es que los niños creen una relación de por vida con las bibliotecas, donde, además de libros, tienen acceso a WiFi gratuita y otro gran número de servicios relacionados con la educación y la sociedad de la información.

Era imposible que los niños en esta situación de desamparo pudieran ir a la biblioteca, así que, ¿por qué no llevarles la biblioteca a ellos? El resultado no puede ser mejor. Cada vez que Nembhard aparece por la puerta, los niños saben que ha llegado la hora de leer. No hay nada mejor.

Fuente: New York Times

Alfredo Álamo

(Valencia, 1975) escribe bordeando territorios fronterizos, entre sombras y engranajes, siempre en terreno de sueños que a veces se convierten en pesadillas. Actualmente es el Coordinador de la red social Lecturalia al mismo tiempo que sigue su carrera literaria.

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