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¿Sirven las redes sociales para vender libros?

AutorAlfredo Álamo el 2 de marzo de 2017 en Divulgación
  • ¿No consigues nada con tu perfil personal?
  • El número de seguidores a veces no significa nada.

Mezcla digital del rostro de una mujer con logos de redes sociales.

Uno de los grandes mitos que han calado hondo entre los autores independientes es que uno de los pilares de las ventas se encuentra en las redes sociales. Sin embargo, esto no es del todo cierto, ya que depende, y mucho, de cómo se trabaje a la hora de realizar una buena campaña que dé resultados apreciables. Y es que muchos autores se dedican exclusivamente a la autopromoción desde sus perfiles personales, generando un ruido tan alto que, a día de hoy la mayoría de posibles compradores, sencillamente ni los miran.

Con esto no quiero decir que las redes sociales no sean herramientas útiles en la promoción de un autor, lo son, y mucho, pero no de la manera en que son empleadas de manera habitual. Una de las ideas claves que tenemos que tener en cuenta es que en una red social el producto no es el libro, es el propio autor. Así es, tu trabajo en las redes sociales no es estar repitiendo que tienes un libro nuevo en el mercado, o de qué va, o de cuándo es tu próxima presentación. En las redes sociales tienes que desarrollar una presencia personal y una impronta interesante, algo por lo que tus seguidores tengan interés por lo que haces.

Punto clave número dos en las redes sociales. Tener miles de seguidores no quiere decir nada si no te siguen por algo en concreto. En Twitter puedes acumular seguidores a base de seguir a otros, pero ese “seguimiento por educación” no deriva en que estén interesados en ti. De hecho, muchos acumulan seguidores para poder venderse en otros ámbitos de la promoción online.

Así que con esos dos puntos clave en la cabeza -tienes que venderte y conseguir seguidores de calidad-, es como debes abordar la participación en redes sociales, si es que quieres dedicarle tiempo a promocionarte. Si crees que necesitas un ambiente privado donde soltar de vez en cuando tus frustraciones, comentarios incorrectos o fotos de unicornios, lo mejor que puedes hacer es sacarte una cuenta cerrada al público, sólo para tus amigos íntimos.

En cualquier caso, tus cuentas públicas no deben ser impersonales, hay que humanizarlas, requieren una atención y cuidado constante. Además, hay que añadir otro elemento: la empatía y la generosidad con otras cuentas. No hay que olvidarse de retuitear o compartir contenidos interesantes y de otros autores que están igual que nosotros. El ego del escritor suele ser un lastre, así que cuanto antes lo dejemos atrás, mejor.

Entonces, ¿no debo compartir mis libros? Claro que sí, la información siempre es bienvenida por tus seguidores, pero no se debe construir la relación a partir del spam. Una vez exista una comunidad interesada en quién eres y lo que haces, es el momento de informar de las novedades de vez en cuando.

Como siempre, pensad que esto no es cosa de un par de tardes. Conseguir un buen grupo de contactos en redes sociales lleva tiempo y esfuerzo, no es cuestión de números sino de calidad. Como decía Oscar Wilde: ‘No existen más que dos reglas para escribir: tener algo que decir y decirlo’. Algo que se puede aplicar también a cómo comportarse en una red social.

Alfredo Álamo

(Valencia, 1975) escribe bordeando territorios fronterizos, entre sombras y engranajes, siempre en terreno de sueños que a veces se convierten en pesadillas. Actualmente es el Coordinador de la red social Lecturalia al mismo tiempo que sigue su carrera literaria.

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