- Fantasía urbana, diferente e intimista.
- Una excelente primera novela por parte de la autora italiana.
El ladrón de niebla es la primera novela de Lavinia Petti y no puede decirse que haya empezado con miedo o de manera conservadora, desatando una historia tan llena de imaginación y tan rica en matices, que llena tu mundo durante los pocos días que te va a durar el libro. Este libro te arrastra a un mundo de fantasía construido con aquello que hemos perdido, sean recuerdos, oportunidades, sueños o el correspondiente paraguas. Todo lo perdido acaba en Tirnail y es donde Antonio M. Fonte debe empezar a buscar.
Antonio es un escritor de fantasía bastante conocido, pero poco amigo de la fama, que vuelve loco a su agente con sus despistes y falta de implicación comercial; Antonio prefiere la compañía de su gata Calíope que la de cualquier persona. Antes de ser escritor de éxito la vida de Antonio no ha sido fácil, con un padre ausente, una infancia triste, un matrimonio roto… muchos recuerdos que le han convertido en quien es.
Un día su rutina se rompe al encontrar el retrato de una mujer, a la que no reconoce, con un texto en el que le pide que no deje que acabe en Tirnail, el Reino de las Cosas Perdidas. Desde ese momento, Genève Poitier se convertirá en una obsesión para el escritor, obsesión que le llevará a Tirnail.
En el Reino de las Cosas Perdidas conseguirá la inestimable ayuda de Edgar, el mejor pintor de Tirnail aunque todos sus cuadros sean lienzos en blanco. Con él intentará recuperar sus recuerdos, aquellos que perdió voluntariamente y que, quizás, no debería intentar recuperar.
El Coleccionista, el conde Vladimiro, la encantadora ciudad de Vanesia, la sombría Nechnabel, son algunos de los personajes y lugares que Antonio encontrará en su búsqueda. Una aventura que nos permitirá recorrer algunas partes del maravilloso mundo creado por Petti, siempre atentos, eso sí, al paso de las horas en el reloj.
Un libro de fantasía desbordante que nos hace recuperar como adultos el sentido de la maravilla que Ende nos regaló de niños.
Lavinia Petti
El ladrón de niebla