- Esta ciudad medieval casi ha sido sepultada por el Sáhara.
- En su día fue denominada como “la ciudad de las bibliotecas”.
El Sáhara avanza de manera impasible año tras año, engullendo bajo sus dunas todo lo que encuentra a su paso. Justo en este proceso encontramos la ciudad de Chinguetti, hoy en día apenas habitada, en Mauritania. Llena de casas abandonadas, las arenas del desierto prometen reclamar todo su territorio en las próximas décadas. Quién podría imaginar que en su día fue uno de los lugares claves para la cultura de la humanidad.
Era llamada “la ciudad de las bibliotecas” y considerada como una de las ciudades santas del Islam. Con 20.000 habitantes en la época medieval, allí se concentraron durante siglos algunos de los más visionarios expertos en matemáticas, ciencia, astronomía, leyes y teología de su época.
Si nos paseamos hoy por sus calles apenas encontramos ecos de lo que un día fue. Calles vacías, edificios derruidos y una población escasa y menguante. Pero sin embargo, si arañamos un poco la superficie de este lugar anclado en el limbo, podemos encontrar algunos rincones que parecen sacados de una novela.
Y es que Chinguetti se resiste a dejar de lado los libros. Tras sus muros de adobe todavía podemos encontrar una colección de más de 6.000 libros que se mantienen -más o menos- en buen estado desde el siglo IX, gracias a las extraordinarias condiciones climáticas que rodean la ciudad.
En los años 50, hasta 30 familias mantenían estos libros en bibliotecas familiares, cuidando de ellos, pero la implacable sequía ha ido esquilmando su número. Hoy en día son sólo 10 las que quedan, una pasión que se transmite de generación en generación, atendiendo a los investigadores más aventureros que se atreven a desafiar al desierto para acudir a ellos en busca de textos desconocidos.
Una de las bibliotecas que se mantienen afirma ser heredera de una tradición que la convertiría en una de las más antiguas del Islam -y del mundo-, con más de 1.600 libros bien ordenados y archivados, con puntos de lectura incluidos. Un extraño oasis bibliotecario en medio del desierto.
El resto de bibliotecas sobreviven como pueden, pero es cierto que cada vez es más difícil mantener en buen estado los libros, que se guardan como si todavía estuviéramos en la Edad Media. Por desgracia, el único dinero que pueden ganar es a través del turismo que viene a ver los libros, algo que acelera su estado de degradación.
La UNESCO ha declarado Chinguetti como Patrimonio de la Humanidad, con la esperanza de que en el futuro se pueda asegurar este legado tan importante y que hoy en día apenas sobrevive y cuyo destino, si no cambian mucho las cosas, es desaparecer bajo las dunas del Sáhara.
Vía: Messy Nessy Chic
Fotografía de Jgremillot con licencia CC BY-SA 3.0